El Gobierno del D.F. ha creado una nueva área para la innovación cívica y la creatividad en materia urbana
Por: Estivaly Calva Tapia @estivalycalva
Desde hace cinco meses, funcionarios de Gobierno, sociedad civil, iniciativa privada y organizaciones no gubernamentales se reúnen en Tlaxcoaque número 8 en el Centro Histórico de la Ciudad de México para pensar y hacer ciudad en conjunto.
El equipo de LabPLC está formado por 17 personas y es dirigido por Gabriella Gómez-Mont. Ellos trabajan principalmente en dos áreas: una de ellas es la innovación cívica que básicamente tiene que ver con reinventar la forma en la que se relaciona la ciudadanía y el Gobierno.
“Buscamos nuevas formas de conectar iniciativas, proyectos, intereses y preocupaciones ciudadanas para luego redirigirlas desde aquí hacia otras instancias del Gobierno”, explicó Mario Ballesteros, ex-director de la revista Domus México y director de Comunicación y Proyectos Editoriales en el Laboratorio para la Ciudad.
La otra área en la que se están enfocando es creatividad urbana. Aquí es clave el talento ciudadano como una herramienta básica para hacer ciudad. “Nos interesa detectar, entender, promover y captar iniciativas que pueden salir a nivel de calle. Son aquellos proyectos que no están muy desarrollados o que no han tenido todo el apoyo para poder catapultarse y lograr un impacto mucho mayor”.
Laboratorio para la Ciudad cree firmemente en que se pueden hacer grandes cambios partiendo de pequeñas cosas. Un buen ejemplo es “Código para la Ciudad de México”, una convocatoria abierta para insertar a seis programadores ciudadanos en seis Secretarías del Distrito Federal.
“Los seleccionados desarrollarán aplicaciones y otras soluciones digitales en distintas áreas: desarrollo económico, medio ambiente, salud, transporte y turismo”.
Otros proyectos que van a desplegar en el Festival de Arquitectura de la Ciudad de México se llama Mextrópoli. Se trata de un Artefacto Urbano, un móvil de registro y observación que lanzarán en distintos espacios (empezarán por el Centro Histórico). El objetivo es recopilar todo tipo de información que pueda después incorporarse en procesos urbanísticos más formales.
“El conocimiento tácito de los vecinos y de los comerciantes de un área o incluso de gente que realmente conoce lo que funciona y lo que no, en determinados espacios, es fundamental para hacer una mejor planificación urbana”.
El entrevistado reiteró que los 20 millones de personas que viven en la Ciudad de México se traducen en 20 millones de posibles ideas y contribuciones para cambiar las cosas. Finalmente, el Laboratorio para la Ciudad desea potencializar el capital creativo de la Ciudad de México, vinculando al talento ciudadano con mentes brillantes y provocadoras alrededor del mundo.
“Por ello, concentramos a personas de diferentes disciplinas (urbanistas, programadores, arquitectos, sociólogos, artistas, diseñadores, politólogos, ingenieros, científicos o economistas, entre otros) y continuamente colaboramos con expertos nacionales e internacionales”, concluyó Mario Ballesteros.
Fotografías: cortesía Laboratorio para la Ciudad
www.labplc.mx
la señora esta re dura
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