Fernando González Gortázar

Por: Marcos Betanzos* @MBetanzos 

…del mismo modo que el poeta entendió que un golpe de dados jamás abolirá el azar, entre nuestras pocas certezas está la de que el tiempo acabará por desbordar a los aparatos que hoy presumen, con soberbia, tenerlo bajo su control. Alfonso Morales.


Fernando González Gortázar, foto Sófocles Hernández

De Fernando González Gortázar escuché por primera vez una expresión optimista sobre la arquitectura: enfatizó muy a su modo que ésta le había enseñado a volar, a ser libre. Fue contundente y a la vez dejó descubierto su sentido humanista de espectro amplio que consolida su vocación y personalidad. Me quedó grabada su apasionada forma de referirse a la arquitectura y a los múltiples fenómenos que puede detonar; su admiración a Ignacio Díaz Morales o el reconcomiendo hondo a la vida y obra de Luis Barragán; su gusto por la música popular mexicana, pero sobre todo por José Alfredo Jiménez. 

Conocedor de múltiples aristas sobre la política, el urbanismo, el arte, la cultura, la naturaleza, el patrimonio nacional y mil temas más, este hombre ha cumplido ya sus primeros 70 años de vida y sigue siendo joven. Es sin más un idealista comprometido, un testarudo utópico, un arquitecto sin prisas y sin modas: quien sabe decir lo que su congruencia le dicta, quien no tiene necesidad de complacer opiniones, mucho menos de darse el lujo de moderar las suyas.

                                                              Paseo de los duendes, Marcos Betanzos

Él navega en otras aguas donde con más que valentía ha mantenido un discurso alejado del gusto externo, de la aceptación o el sistema de complacencias y tolerancias que con el tiempo, suele convertirse en el método ideal para las complicidades. Así ha enfrentado esta burbuja, señalando con toda claridad arbitrariedades y padeciendo –naturalmente- las consecuencias que eso implica en el campo fértil de la simulación. 


Desde el pensamiento que construye la ciudad pero también desde el campo de acción ha dejado lecciones que merecen ser analizadas. Su obra no construida debe tener esa oportunidad y la que ya está en pie merece el derecho de envejecer dignamente o permanecer al menos en nuestra memoria de modo distinto al recuerdo vago o sin sentido.


Fernando González Gortázar, foto Sófocles Hernández

Hace falta una revisión a su trabajo no para rendirle homenajes que a él poco le importarán -tampoco están de sobra-, sino más bien para comprender sus argumentos, experimentaciones, planteamientos e ideas que conforman ese pequeño filtro por el cual visualizó ese camino disímil para llegar a la libertad y la felicidad, dos motivos que conforman sus más grandes ocupaciones de vida.


No lo dudo: mientras su voz tenga la misma fuerza, muchos años más nos harán falta por sus atinadas observaciones y críticas. Ha señalado que el proyecto denominado Emblema de San Pedro, en San Pedro Garza García, Nuevo León (recientemente concluido), es una de las obras más significativas para su trayectoria profesional; también afirma que puede ser ésta un excelente epílogo de su carrera. Yo espero que no lo sea. 


Desconfines VI-A

Visitaré Nuevo León y buscaré su Paseo de los duendes, su Ola blanca y llegaré hasta su Emblema de San Pedro para recorrerlo…

González Gortázar afirmó en 1985 en el Museo Rufino Tamayo con motivo del Foro Luis Barragán, lo siguiente: “Luis Barragán no es un mito: es y ha sido un hombre valiente y lúcido, un hombre que ha creído en su país y en sus humildes riquezas; que se ha exprimido hasta la última gota en cada momento de su vida y en cada centímetro de su obra; que, estemos o no de acuerdo con su pensamiento, ha luchado por él con una reciedumbre y una entereza indoblegables. Si México hubiera tenido, y tuviera, muchos hombres así, otra sería nuestra historia”. 


Hoy, las palabras que escribió adquirieron con el tiempo la cualidad de describirlo. También simplifican mi felicitación por su ejemplo.

                                                   Fernando González Gortázar, foto Sófocles Hernández

                                                                 La ola blanca, Marcos Betanzos

                                                        Paseo de los duendes, Marcos Betanzos

*Marcos Betanzos, es arquitecto, fotógrafo y escritor independiente. Becario del Sistema Nacional de Jóvenes Creadores FONCA 2012-2013 en la disciplina de Diseño Arquitectónico.

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