Para
aquellos que estudiamos arquitectura a principios de los noventa, especialmente
en Monterrey, Ricardo Legorreta se convirtió en un referente obligado. Arquitecto
de culto al que todos queríamos imitar antes de la aparición de la vanguardia
mexicana de finales del siglo XX formada por la triada Kalach-Broid-Norten.
Por: Carlos Ortiz, Arquitecto
Recuerdo
una charla de Enrique Norten en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) en
el otoño de 1991 en la que hizo mofa de Legorreta llamándolo “el arquitecto de
muro y colorcitos”, los reclamos no se hicieron esperar en la sesión de
preguntas y respuestas, pero Enrique calmó los ánimos con chascarrillos
improvisados que desviaron la atención del tema.
“Es en el espacio, sea encontrado
o creado,
natural o arquitectónico, que los
seres humanos
nos movemos y somos.”
Carlos Mijares