Este proyecto
comienza con el aprovechamiento de una construcción abandonada en obra negra 10
años atrás. El terreno de 1, 400 m2 frente a la espesura de una
cañada, con una pendiente pronunciada, presenta una excelente oportunidad para
realizar los cambios necesarios por medio de una redistribución de las áreas
aprovechables y la ampliación para los programas requeridos por el nuevo
proyecto.
Los 790 m2
de construcción de distribuyeron de la siguiente forma: en el nivel de acceso
se ubicó un hall que dirige las vistas al bosque y distribuye el recorrido
hacia las 3 recámaras que cuentan con su propio baño y vestidor, además de terrazas.
En este mismo nivel también se ubicaron el despacho y la sala de televisión
para uso exclusivo de la familia. A este nivel también se accede por el
estacionamiento exterior.
Al bajar las
escaleras se llega a las áreas sociales y de servicios. La sala de triple
altura está enmarcada por la vista hacia el verdor que la rodea y cuenta además
con una terraza contemplativa. También hay un amplio family room con
biblioteca, comedor, cocina, lavandería y cuarto de servicio.
En el acceso al
jardín hay una terraza cubierta con baño para las visitas y se aprovechó además
para acondicionar un acogedor fire pit. Por el exterior se llega al
cuarto del chofer y en el sótano se encuentran el cuarto de máquinas, cisterna
y bodegas.
Siguiendo el
reglamento de construcción del fraccionamiento se eligieron los acabados adecuados y
se diseñaron las fachadas para integrar el proyecto adecuadamente con su
entorno y en armonía con la estética interior que definieron personalmente los
clientes.
Adicionalmente se sugirió considerar dentro del proyecto la
instalación de paneles solares, una planta de tratamiento de aguas negras y
calefacción radiante que responden tanto al confort de los habitantes como al
adecuado aprovechamiento de los recursos.
Fotografía: Santiago Aragonés y Aldo García
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