Proyecto finalista de la categoría Habitacional menor de 150 m2 en el XII Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
Un pequeño oasis dentro de la ciudad que cautiva con su
historia y texturas, y nos enamora con sus colores pasteles, transportándonos
al pasado y a una época más sencilla. Está
ubicada en el centro de Mérida y forma parte de lo que alguna vez fue una
casona de principios del siglo XX, actualmente el predio ha sido dividido
varías veces hasta llegar a sus dimensiones actuales con tan solo 4.5 metros de
frente, un cuarto de su tamaño original.
La casa cuenta con un pequeño remetimiento con respecto al
paramento, algo no común de encontrar en el centro de la ciudad, y que crea un
pequeño pórtico de acceso. Al atravesar
la fachada en tonos pasteles, accedemos a una pequeña sala de estar, que se
sitúa en la crujía original con techos de más de 5 metros de altura y que aún
conserva sus vigas Decauville traídas desde Francia en la época henequenera y
que fueron parte del sistema constructivo de ese período, junto con las
viguetillas de madera.
Un gran arco invita a continuar el recorrido hacia la
cocina, que cuenta con una isla central de cuarzo blanco y recubrimientos con
piso de pasta en tonalidades azules, integrando los colores de las vigas en la
primera crujía al espacio. La terraza se integra a la cocina por medio de unas
puertas de cristal templado ancladas a los antiguos marcos de madera, generando
por un lado visuales hacia los jardines y por otro permitiendo el paso de
iluminación natural. La techumbre es un tejaban de madera de zapote que
reutiliza las tejas de Marsella que se encontraban en la propiedad en ese mismo
lugar. En los muros se decide quitar todo el acabado dejando la mampostería
expuesta, creando un bello contraste con el color azul de los pisos de pasta y
el rojo del barro.
El área privada de la casa cuenta con dos habitaciones, una
en planta baja a la que se accede a través de un deck de madera y cuenta con un
pequeño cubo de ventilación que se comunica con el baño, creando una sensación
de amplitud. Esta zona cuenta con una
volumetría moderna y dinámica que se presenta con un juego de cubos a
diferentes alturas y con diferentes
funciones, tiene acabados de chukum con tintes azules, y está rodeada de
vegetación tropical en donde una pequeña piscina, converge con la escalera de cemento blanco y las jardineras colgantes
que conducen a la segunda habitación, que tiene la misma espacialidad de la
recámara del primer nivel.
Fotografía: Manolo R.
Solís
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