Un proyecto de vocación pública, con fuerte arraigo local, ubicado en el Paseo Montejo, en la ciudad de Mérida, Yucatán.
Si
bien forma parte de la propiedad original, la Quinta Montes Molina, –que data
de 1906 y se construyó bajo los cánones estéticos del porfiriato–, su
proyección como centro cultural se da en 2016, derivado de un
análisis arquitectónico y un plan maestro tanto de la propiedad y los usos que
había tenido hasta entonces, como de la ciudad misma. En todo momento
el proyecto consideró su relación con la ciudad de Mérida, sus paisajes, su
arquitectura y sus habitantes.
El proyecto se emplaza en la propiedad detrás de una banda
de árboles centenarios que fungen como una fachada haciendo evidente que la
necesidad del proyecto no era de ser un objeto sino de ser una serie de
pabellones tejidos por umbrales. Las columnas y cerramientos enmarcan vistas
hacia la casa, los jardines y el pabellón conectando visualmente todos los elementos.
La expresión arquitectónica es resultado de la interpretación
contemporánea de estos espacios de transición y su ornamentación, ligando esta
última al oficio constructivo del concreto prefabricado, su despiece como
ensamble tectónico y sus superficies como los lienzos de expresión de la luz,
la sombra y el tiempo. El prefabricado permitió una eficiencia constructiva y
económica, utilizando materia prima, producción local y mínimo mantenimiento.
El diseño fue llevado de la mano con el INAH (Instituto Nacional
de Antropología e Historia) dada la contigüidad a la casa al pabellón de
eventos construido en 2015. Su emplazamiento respeta el esquema de jardines
antiguos manteniendo la calidad urbana, generando espacio colectivo y
manteniendo una importante área de recuperación del manto freático en el centro
de la ciudad.
Fotografía: Jaime Navarro
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