King George es un dinámico centro de idiomas de origen canadiense con cinco sedes en nuestro país, cuatro de ellas en el Estado de Veracruz y una más en Hidalgo. Con más de más de 5700 egresados bajo una oferta integrada por siete idiomas distintos, esta escuela se ha consolidado como uno de los referentes en su nicho.
Por: podio @podiomx
El proyecto se enfocó en dos líneas de acción estratégicas: la primera busca satisfacer las necesidades espaciales de la escuela tomando en cuenta que la configuración del espacio estaba restringida por la preexistencia del edificio original en cuanto a su estructura y distribución espacial. La segunda fue la exigencia de brindar la mejor experiencia posible en todas las zonas del proyecto: desde la recepción, la sala de espera, los espacios para el cuerpo docente y las circulaciones que conducen a las aulas, propiciando una experiencia memorable en cada recorrido.
Como parte de su plan de expansión ha recurrido a la arquitectura para expandir la experiencia del aprendizaje. Esta sede de King George Centro de Idiomas responde en gran medida a
la demanda y dinámica de la población estudiantil que posee la capital del
estado de Veracruz. Los fundamentos de la intervención se sustentan en las
necesidades espaciales requeridas, la condición de transformar un edificio
existente al que debía adaptarse todo el proyecto arquitectónico y la búsqueda
de fusionar el espacio con la metodología didáctica.
El proyecto se enfocó en dos líneas de acción estratégicas: la primera busca satisfacer las necesidades espaciales de la escuela tomando en cuenta que la configuración del espacio estaba restringida por la preexistencia del edificio original en cuanto a su estructura y distribución espacial. La segunda fue la exigencia de brindar la mejor experiencia posible en todas las zonas del proyecto: desde la recepción, la sala de espera, los espacios para el cuerpo docente y las circulaciones que conducen a las aulas, propiciando una experiencia memorable en cada recorrido.
La propuesta hace uso de materiales que facilitan la adaptación futura de los espacios y que además traducen de una forma lúdica los colores institucionales (verde y blanco) equilibrando la iluminación artificial con patrones geométricos, plafones y vinilos decorativos.
El desarrollo del proyecto estuvo dividido en dos bloques de aulas
articulados por la circulación vertical del edificio existente y los servicios,
contemplando la máxima organización del equipo de trabajo de obra para
garantizar la operación general del inmueble y entender la lógica para
reutilizar la mayor cantidad de recursos disponibles durante todo el proceso.
Paralelamente se hizo la selección del mobiliario existente y se diseñó el que
hacía falta en cada zona. En cada caso se colaboró con profesionales de
diferentes disciplinas para lograr el mejor diseño de todos los ambientes.
Fotografía: Marcos Betanzos
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