De Portada: Hollyhock la casa de Aline Barnsdall en Los Angeles

Siempre se menciona más al autor de esta casa (el arquitecto Frank Lloyd Wright) que a su dueña, la millonaria heredera de una importante fortuna resultado de la actividad petrolera: Aline Banrsdall; quien compró los 140,000 m2 de la Colina Olive en 1919, con el objetivo de dar forma a su idea de una Comunidad Teatral Progresiva en esta ciudad.




Por Eugenia González @eugeniagg y Lorenzo Díaz @lorenzodiaz
Fue conocida por ser una mujer que no se dejó llevar por los convencionalismos sociales de ningún lado en ningún momento, sin duda una persona diferente en un momento histórico en el que ser mujer independiente era muy extraño. La construcción del proyecto finalizó en 1921 cuando Aline despide a Wright y casi de inmediato se quiso deshacer de la propiedad. Hay una gran cantidad de correspondencia entre ambos durante estos años que demuestra una relación cercana y muy afín, pero finalmente creció el descontento con el proyecto que, además de ser poco práctico, tenía unos costos muy altos de mantenimiento.




En 1927 Aline le regala la propiedad a la ciudad para cumplir con su visión de lograr un lugar para disfrutar de arte y arquitectura. En su legado ella estipuló que el lugar debía permanecer como un parque público con acceso a todo el público y que ningún edificio que no estuviera relacionado con actividades artísticas deberá ser construido.





La casa Hollyhock, forma parte del patrimonio de la humanidad de la UNESCO y es uno de los 3 edificios protegidos por este organismo en el estado de California. Frank Lloyd Wright desarrolló en California el estilo que él mismo definió como arquitectura americana, en el que puso un particular interés por separarse del movimiento moderno que proliferaba en Europa y que se desprendió de todo tipo de ornamentación.




En los detalles de esta casa es evidente su inspiración en la arquitectura de las culturas precolombinas, las columnatas, los frisos y los detalles geométricos que dan forma a una serie de bellísimos patrones que en su repetición van delineando los diferentes volúmenes. Es triste que no dejen tomar fotografías en el interior y que el recorrido por el exterior sea rodeando una reja, pero tuvimos la fortuna de hacerlo en un día con un maravilloso cielo azul.








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