Trabajar
con los recursos culturales y materiales locales ha sido un acercamiento que se
ha explorado continuamente en el diseño mexicano. El diseño como herramienta
plantea diálogos con los simbolismos de una región para así poder
reinterpretarlos a objetos utilitarios que hacen eferencia a nuestra identidad.
Por Miguel Ojeda
El hablar de identidad es complejo en nuestro país, vivimos en una cultura tan
completa y llena de contrastes que nos cuesta definir realmente quienes somos
como mexicanos, sin embargo, existen acercamientos que buscan hablar de nuestra
cultura por medio de la localidad, por medio de nuestras raíces más próximas.
Mauro Azua, diseñador Potosino explora este concepto con un material que ha
jugado un papel importante en la construcción de su ciudad: La cantera
Potosina. La cantera es un material que se encuentra presente a lo largo y
ancho de San Luis Potosí, la encontramos aplicada en la arquitectura de la
ciudad y en un gran número de elementos monumentales dentro de la ciudad.
Mauro
Azua, presenta un proyecto de descontextualización de la cantera, para llevar
sus cualidades y simbolismos hacia un contexto más cotidiano, una de sus
principales creencias es que el diseñador primero debería de conocer y
experimentar con los recursos que su entorno le ofrece, y no enfocarse tanto en
las nuevas tecnologías que nos seducen a través de la tendencia del momento.
Con ese pensamiento como piedra angular generó objetos que fueran representativos
de su lugar de origen, pero sin perder de vista nuestro contexto actual. Las
aplicaciones por las cuales Mauro se guía se basan en el acto cotidiano de
comer, buscando insertar la cantera en tipologías como condimenteros, poza calientes
y tortilleros. Objetos que forman parte de la vida diaria en nuestra cultura.
El
lugar en donde tuvo su primer encuentro con las personas que trabajan este
material fue en la comunidad de Escalerillas durante un taller impartido por
Kythzia Barrera titulado innovando la tradición. En este lugar abundan los bancos
de esta piedra que han visto nacer a un gremio de artesanos y personas
dedicadas a la transformación de este recurso. La aproximación de Mauro Azua es
simple y honesta, dejando que el material hable por si mismo sin la necesidad
de agregar demasiados elementos para cumplir la función de lo objetos, dejando
expuestas las mejores cualidades de la textura del material. A continuación, les presentamos una
entrevista realizada a este diseñador, en donde nos cuenta su experiencia y
aprendizaje en este proyecto, que además de ser su proyecto de titulación
académico le otorgo el mérito de ser acreedor de una mención honorifica en la
anterior edición de la Bienal Nacional de Diseño.
¿Para
ti cuál fue la parte más interesante de esta colaboración?
El
aprendizaje que deja una exploración en un material que tiene un alto grado de
dificultad en su maquila como éste. De igual modo, el ver cómo reaccionaba la
gente al ver la aplicación de la cantera para generar objetos para los que no
suele ser muy usada fue algo muy peculiar.
¿Consideras
que el diseño puede ayudar a fortalecer la identidad de una región, o una
ciudad? Por supuesto que sí, todos los lugares tienen al menos una técnica o
material icónico que siempre puede ser revalorizado para generar nuevas propuestas
y darle un enfoque distinto a algo que ya existe.
¿Cómo fue tu acercamiento con las personas que
trabajan la cantera?
En
2014 junto con un par de amigos buscábamos ser parte de Generación Decode y
nuestra intención era proponer un proyecto que de algún modo fuera
representativo de nuestra ciudad. En los primeros contactos con la gente de
Escalerillas nos encontramos con cierto hermetismo de su parte pero, conforme
fueron evolucionando los proyectos, la confianza fue creciendo y los resultados
fueron cada vez mejores.
¿Qué
retos se presentaron durante el proyecto?
El
lograr que artesano y diseñador sintonicen el mismo canal es una de las cosas
más complicadas, el primero suele regirse bajo dinámicas ya muy establecidas y
el segundo tiene que tener mucha sensibilidad para poder adentrarse en ese
mundo. Por otro lado, el generar nuevas productos con procesos semiindustriales
que tienen poco margen de maniobra es un camino sinuoso.
¿Qué
le recomendarías a los diseñadores que trabajen en proyectos similares? Ser muy
empáticos con la gente que se colabora, en este tipo de dinámicas conviven
personas con idiosincracias y motivaciones muy distintas pero a fin de cuentas
todas quieren que el proyecto camine.
Fotografías cortesia de Mauro Azua y Manuel
Lozano
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