Abrazado por
el clima caribeño y dentro de una tranquila zona en Yucatán llamada Telchac, nos
encontramos con este interesante proyecto que va de la mano del despacho de
Duarte Aznar Arquitectos. Una pequeña residencia que combina la estética y la
comodidad cumpliendo con todas la necesidades para relajarse en esta agradable
casa de descanso.
El
arquitecto Enrique Duarte Aznar y su equipo se han distinguido por su
versatilidad en la elaboración de proyectos de todo tipo de categorías como
residenciales, comerciales y desarrollo urbano, entre otros. El respeto y la
conexión que debe existir entre el hombre y la naturaleza es patente en cada
uno de ellos buscando crear una arquitectura que pertenezca al presente pero
que de igual forma se proyecte a un futuro donde armonizar prevalezca sobre
dominar, avasallar o depredar.
Esta
filosofía de trabajo quedó enmarcada dentro de un predio de 137.55 m2
colindante hacia el mar cuya única línea divisoria es una calle.
La firma
nos aclara que es una casa que ofrece y exige tratamientos diferenciados
respecto a la distancia y relación que mantiene con los elementos que confieren
peculiaridad a la vivienda: el mar cuasi infinito, el espacio doméstico
constituido por una pequeña piscina y un jardín nativo que se relaciona satisfactoriamente.
Con ellos
se diseño una visera asimétrica amoldable según se requiera: marcar el acceso,
proteger del poniente, captar la brisa del noreste, generar una terraza para la
piscina y manejar escalas diferenciadas según la proximidad o la distancia,
como una “loggia” que separa y jerarquiza la zona de las habitaciones respecto
al área pública.
Fotografía cortesía de Duarte Aznar Arquitectos
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