Del Palacio de Cristal al NAICM, un claro hilo conductor

Días de conocer y tejer fino con lo que se sabía para llegar a nuevas conclusiones. El viaje a Londres en días pasados nos lleva a varias reflexiones que aquí les compartimos.


Por Lorenzo Díaz @lorenzodiaz y Eugenia González @EugeniaGG
El 1 de mayo de 1951 la Reina Victoria inauguraba la Exposición Mundial de Londres, al centro de esta primera muestra internacional se encontraba el Palacio de Cristal. Un edificio diseñado por un afamado jardinero, si, un jardinero. Joseph Paxton, cuyo mayor mérito a la fecha era haber ideado un invernadero de mediana envergadura (un poco más de dos mil metros cuadrados) decidió presentar una idea tardía a un frustrado concurso de diseño para construir, en menos de un año, el edificio que albergaría a la más grande exhibición de productos industriales, materia prima y artesanías jamás ideada. El resultado, el mayor edificio de cristal jamás construido, con casi 600 metros de largo. Su mérito y lo que lo haría pasar a la historia es en realidad uno técnico, toda la estructura estaba lograda básicamente con acero y placas de cristal, todo prefabricado y modulado con poquísimas piezas y alzado en escasos meses. El mundo, y en especial el de la arquitectura comercial, había cambiado para siempre.

Es de este hecho que las cosas se desencadenan en una serie de hallazgos todos ligados a uno al otro a lo largo de dos días en Londres. Resulta que la afortunada feria y su inusitado éxito lograron que lo cobrado en las taquillas resultara en una ganancia que la Reina reinvirtiera en la creación de tres museos, a la fecha operantes e indispensables referencias de conocimiento. Uno de ellos, tal vez uno de nuestros favoritos en el mundo, el Victoria & Albert Museum (V&A) dedicado a las artes aplicadas, la moda y el diseño. En ella acudimos a una fantástica muestra sobre el genial Ove Arup (cuya reseña pueden encontrar unas entradas antes en este mismo blog).





Ove Arup, un ingeniero que habló, ya en la post guerra, del “Diseño Total” y que insistía que el verdadero diseño arquitectónico es sólo posible si los equipos multidisciplinarios se integran desde el inicio mismo. Su experiencia, después probada en la complicadísima tarea de calcular (y rediseñar) la Ópera de Sidney que Utzom había ganado, sin tener la más pálida idea de cómo construiría, se convirtió en los cimientos del diseño arquitectónico contemporáneo.






Durante nuestra estancia visitamos obras de Renzo Piano, en especial el rascacielos más alto de Europa, desde cuya cima pudimos observar a la vibrante ciudad. Observamos desarrollos recientes de Richard Rogers donde, casi 40 años después, aparecen las mismas soluciones estructurales que Arup ingeniaría para lograr crear la propuesta ganadora para el ya famoso Centre Pompidou (otro de nuestros favoritos).




Cruzamos el Puente del Milenio no sin antes recordar el desafortunado episodio de su inestabilidad que obligó a cerrarlo por dos años ¡apenas unas horas después de su inauguración! Y visitamos (como también ya dimos cuenta en este espacio) la ampliación del Tate Modern que nos dejó perplejos e incrementó nuestras ganas de reflexionar sobre la arquitectura y la ingeniería como un disciplina única e inseparable.




Gracias a nuestra querida Lucía y en compañía de Mario Ortiz, un brillante diseñador industrial egresado de las filas del CIDI de la UNAM y que actualmente forma parte del equipo de diseño de Foster and Partners, visitamos la sede central de esta fábrica de hacer arquitectura.


Dentro de las oficinas de Foster nos recibe, como parte de lo que coincide en la vida, toda una serie de modelos y videos que hablan sobre el NAICM, lo rodean decenas de proyectos alucinantes en todos los rincones del planeta, alguno inclusive ideado para poblar la superficie de la luna.




165 años han pasado este mayo desde que la Reina Victoria inauguró el que en su momento era el edificio modular más avanzado del planeta, llegaron genios que transformaron esa visión en una nueva forma de construir el planeta y hoy en día la laguna donde el águila devoró la serpiente está siendo adecuada intempestivamente para recibir un nuevo palacio de cristal. Eventos conectados que no pueden más que levantar preguntas.





Un palacio imperial de cristal que se construye sobre el conquistado lecho lacustre a manos del imperio que dictó la forma de crear arquitectura para el comercio ahora aéreo e igualmente global.








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