Todos los indicadores de la sexta edición de este evento especializado en acabados y productos de diseño para la arquitectura y el interiorismo en México, mostraron importantes incrementos.
Obra
Blanca 2025 fue mucho más que una exposición: fue un punto de encuentro para la
creatividad, la visión y el futuro del diseño. Reunió a 190 expositores
nacionales e internacionales organizados en 13 pabellones por tipología de
producto, 29 aliados estratégicos y una agenda de actividades con 5
conferencias internacionales, 3 nacionales, 4 foros, 1 panel secuencial y la
participación de 144 voces expertas que compartieron ideas clave para
transformar el sector.
En el
corazón del evento, el Espacio Obra Blanca se convirtió en un laboratorio de
ideas. Ahí se realizaron 16 entrevistas con especialistas de distintas
disciplinas y se presentó el Pronóstico CMF Obra Blanca 2027: una exploración
colaborativa en alianza con The Color Authority y el apoyo de 20 firmas de
arquitectura e interiorismo de tres regiones del país, que trazaron tres
tendencias en acabados, materiales y colores para imaginar el diseño que viene.
Este ejercicio no sólo anticipa el futuro: lo inspira.
El Espacio
de Conexión también tuvo una destacada aportación a la agenda presentando 30
pláticas técnicas que impulsaron el diálogo entre marcas y profesionales. Todas
las actividades que se dieron lugar durante los 3 días de la exposición generaron
sinergias que resonaron entre más de 4,600 asistentes.
Con un formato que entrelaza exposición, contenidos de alto
impacto y espacios de negocio, Obra Blanca se ha consolidado como una de las
plataformas más influyentes del país en el universo de los acabados y el diseño
arquitectónico. Su fuerza radica en reunir a todos los actores de la cadena de
valor —asociaciones, fabricantes, diseñadores, arquitectos, interioristas,
distribuidores y desarrolladores— en un entorno fértil para el aprendizaje, la
colaboración y la construcción de nuevas posibilidades.
Nacida hace seis años con la misión de especializarse en
acabados, Obra Blanca ha evolucionado hacia un rol de liderazgo más amplio,
donde la creación de comunidad y el impulso a la innovación son pilares
fundamentales.
“Este año, Obra Blanca reafirma su compromiso de ser el gran
punto de encuentro del sector: un espacio donde se comparten ideas, se generan
conexiones y se proyecta el futuro de la arquitectura y el interiorismo”,
expresó Fernando Lozano Assad, presidente de Obra Blanca y director en México
de TCNA (Tile Council of North America). “Este liderazgo es fruto del esfuerzo
colectivo de expositores, aliados, asociaciones y profesionales que creen en el
poder de la colaboración.”
El impacto económico también habla de su relevancia: se
estima una derrama superior a los 1,000 millones de pesos para el sector, donde
el intercambio en los stands es apenas el inicio de un proceso comercial que se
extiende más allá del evento. Como señala Lozano Assad, las actividades
paralelas fortalecen este proceso, generando negociaciones y ventas posteriores
que consolidan a Obra Blanca como un motor estratégico para la economía
nacional y una plataforma de alto nivel para el desarrollo del sector.
Fotografía: Xquenda Foto, Lizeth Arauz










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