Este estilo único llevó a experimentar y jugar con
materiales una y otra vez hasta llegar al punto de equilibrio y confort. Así
fue como se hizo la selección de materiales naturales como el barro, el bejuco,
el vidrio, madera sólida como la rosa morada, mármoles y granitos que poseen
texturas y colores originales, los cuales se fueron fusionando dando como resultado:
textiles brillantes como la tapicería de terciopelo en tonos azules y rosas,
así como los toques metálicos dorados en herrajes, lámparas y estructuras.
El cliente quería un área de bar, donde preparar exóticas
bebidas y crear contenido para redes sociales, así como un espacio para sus
invitados, por lo que se decidió que formara parte del remate visual de ingreso.
Se ubicó sobre el muro de fondo en la parte derecha de la casa y se complementó
con un respaldo de muro forrado de espejo avejentado. Una barra curva abraza
una esquina de la casa para aprovechar el espacio. El color azul con toques metálicos
dorados y una cubierta de mármol alicante terracota son los protagonistas de
este espacio.
Se eligieron elementos con curvas como el sofá principal de
la sala en terciopelo azul, sillones ocasionales con formas curvas en
terciopelo cobre y bejuco y para hacerlo aún más peculiar, se agregaron un par
de columpios colgantes en terciopelo rosa y cadenas doradas que acompañan la
barra del bar, donde pueden estar durante horas disfrutando del espacio.
El arte fue clave a la hora de diseñar esta casa, ya que
ciertos espacios se diseñaron para dar protagonismo a algunas piezas como la
del comedor y la recámara. Se generaron espacios dinámicos jugando con las circulaciones
y pasillos. La madera sólida es uno de los materiales protagonistas en muros y
muebles, combinando con patrones y formas en lambrines completos que conectan estas
áreas desde el ingreso hasta la cocina y también, generan nichos para resaltar
piezas de arte, neutralizando la variedad de colores y texturas.
La propuesta de los espacios nace a partir del complemento
de texturas y materiales, fue una oportunidad para crear y jugar con la naturaleza
de los mismos. Se interpreta como un estilo ecléctico en una arriesgada yuxtaposición
de elementos. Se diseñó un espacio a partir de piezas simples que en conjunto hablan
de quién habita el lugar, su esencia, sus matices; la transición del cambio de
Nueva York a Mazatlán. Su historia; una historia de sabores, excentricidades,
arte y fusión.
Fotografía: Andrés Alejos
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