Por Redacción
Una escuela que crece al ritmo de su comunidad estudiantil fue el objetivo del diseño de Alamillo Design Studio para este espacio en el que logró extrapolar la filosofía del sistema educativo Waldorf en un proyecto muy amigable con su entorno y con un sencillo proceso de ejecución que permitió realizar la primera etapa de la obra en tan solo 4 meses.
El análisis de este sistema educativo alemán nos llevó a tomar importantes referencias en la volumetría arquitectónica de la Bauhaus a las que incorporamos todo un sistema de sustentabilidad para garantizar el crecimiento armónico con las necesidades y su entorno. Además de cumplir con los objetivos resolvimos dos cruciales problemas el control del exceso de calor en ciertas temporadas y la falta de drenaje del lugar.
El plan maestro es un sistema de hexoestructuras que comienzan a desarrollarse con distintos polígonos de alturas variables para el kínder y primaria continuando con pentágonos para la secundaria y que terminará con cuadrados para los salones de preparatoria. Además de la correcta orientación los salones tienen una losa orgánica volada de 3 m de altura que los protege, un parasol que reduce dramáticamente la exposición solar directa a la fachada. El proyecto se eleva a 60 cm del nivel del piso con una plataforma de piedra lo que le imprime un lugar protagónico y de respeto en el resto del terreno.
Cuenta con dos tipos de ventanas para generar aire cruzado, las primeras de aluminio más delgadas y altas contrapuestas a las segundas de herrería con abatimiento a 180 grados. La combinación de los dos tipos genera un incremento del 8% en el flujo de aire no depende del viento dominante del sureste aprovechando también el fresco viento del norte. Existen preparaciones para poder colocar aire acondicionado que hasta el momento no ha sido necesario.
La escuela no ocupará todo el terreno para disfrutar de la gran extensión de la naturaleza circundante con espacios abiertos y los juegos de los niños. Nuestra experiencia en la zona nos permitió desarrollar unos infalibles baños de composta que separan los deshechos rápidamente por gravedad y el agua restante corre horizontalmente hasta filtrarse por el humedal hacia un jardín de absorción. En esta zona no se puede inyectar nada hacia abajo porque está llena de ríos subterráneos cristalinos interconectados que dan al mar, nuestro sistema evita la contaminación del subsuelo.
Se le dio forma a un lenguaje arquitectónico funcional que juega con la naturaleza y es la razón por la cual los niños se sienten muy atraídos a estos salones con formas muy atractivas en los que desarrollan sus actividades con luz natural. Actualmente la escuela aloja a 100 niños y 25 maestros que cursan kínder y primaria y en cada periodo vacacional se harán las modificaciones necesarias para su crecimiento.
Fotografía cortesía de Sasha Steinberg
No hay comentarios:
Publicar un comentario