Es la primera
revisión sobre el trabajo de este pionero del diseño a 10 años de su partida y
presenta 97 piezas que conforman documentación de proyectos de escultura
pública, de arte y diseño sacro, además de joyería y diseño de símbolos
conmemorativos.
Para formar
la exposición se contó con el apoyo de las colecciones pertenecientes al Museo
de la Nueva Basílica de Guadalupe, el Fondo Reservado de la Biblioteca Miguel
Lerdo de Tejada, la Fonoteca de Radio Universidad UNAM, la Biblioteca de la
Facultad de Arquitectura de la UNAM y colecciones privadas.
Ernesto
Paulsen Camba inicia su trayectoria artística a finales de 1950 en el
Monasterio Benedictino de Santa María de la Resurrección en Cuernavaca, en una
visita a su amigo de juventud, el también jalisciense y arquitecto Fray Gabriel
Chávez de la Mora. Establecieron una mutua influencia estética e ideológica que
conservarían desde entonces y los identificó como impulsores de una revolución
modernista del arte y diseño religioso.
Posteriormente
se estableció en el corazón de la Zona Rosa en la Ciudad de México y comenzó a
realizar sus primeras creaciones en joyería en una tienda taller ubicada en el
Pasaje Jacaranda —perteneciente a los arquitectos Ramón Torres y Héctor
Velázquez— justo frente al que fuera el punto de encuentro de la época el Café
Toulouse.
Es en ese
taller donde empiezan a llamar la atención sus creaciones innovadoras y en
donde comienza a desarrollar proyectos de escultura monumental impulsado por la
necesidad de compartir con más personas su gozo estético. Así comienza a
explorar los diseños de joyería en un sinfín de escalas por medio de maquetas,
que al poco tiempo estarían vistiendo la ciudad.
Es una
delicia recorrer esta gran selección de piezas que nos describen la
personalidad de este gran diseñador y que se suman al trabajo del Museo Franz
Mayer por continuar con su apoyo para la promoción del diseño y el
coleccionismo en México.
Fotografía Círculo Cuadrado
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