Seguramente un gran ejemplo del modernismo mexicano, un edificio afortunadamente bien conservado, un inmueble aún funcional, uno que finalmente queda documentado como se debe
Por Lorenzo Díaz @lorenzodiaz
Parte de mi infancia transcurrió en la zona de San Ángel en el sur de la Ciudad de México. Constantemente pasábamos enfrente del edificio del “Capfce” y escuchaba yo los comentarios y el análisis elogioso que hacían mis padres con respecto a su arquitectura y a su acertado emplazamiento. Los años han pasado y el edificio diseñado por el arquitecto Artigas mantiene su dignidad. Como bien señala Alejandro Hernández en su texto, su estado de conservación es ejemplar, el que un edificio de gobierno no haya sido intervenido, adecuado y adaptado hasta deformarlo irreconociblemente es una gran excepción, una que la historia agradece.
Parte de mi infancia transcurrió en la zona de San Ángel en el sur de la Ciudad de México. Constantemente pasábamos enfrente del edificio del “Capfce” y escuchaba yo los comentarios y el análisis elogioso que hacían mis padres con respecto a su arquitectura y a su acertado emplazamiento. Los años han pasado y el edificio diseñado por el arquitecto Artigas mantiene su dignidad. Como bien señala Alejandro Hernández en su texto, su estado de conservación es ejemplar, el que un edificio de gobierno no haya sido intervenido, adecuado y adaptado hasta deformarlo irreconociblemente es una gran excepción, una que la historia agradece.
Elegantemente
emplazado al centro de un arbolado predio y en una ancha calle con generoso
camellón, también arbolado, este edificio de corte modernista puro, purísimo, se
ha vuelto punto de referencia para entender el México olímpico, aquél en el que
parecía que nos acercaríamos a ser un país prometedor, con un gran futuro.
Dos
textos, uno anecdótico de Fernando Luna – uno de los mejores amigos y compañero
profesional del arquitecto Artigas como el mismo lo dice – y el segundo de
Alejandro Hernandez, hacen de introducción y trasfondo documental
respectivamente a dos series de fotos sobre el edificio. Una colección de fotos
históricas del mismo Fernando Luna y una buena cantidad de fotos actuales de
Jordi Bernadó. Me parece simpática la elección que se hace al publicar las
fotos más actuales en blanco y negro subrayando así la atemporalidad del
magnífico diseño.
Se
reproducen, en papeles de calidad diferenciada, documentos y planos históricos
del inmueble, dando así una sensación de documento original al libro y poniendo
en contexto el momento en que fue construido. Elegante, de generoso formato y
conciso el libro hace honor al edificio que documenta. Enhorabuena por Arquine
que inmortaliza en buen momento un edificio que esperemos reste en pie aún
muchos años, viéndose nuevo y práctico como hasta ahora a resultado.
Fotografías por Lorenzo Díaz
Fabrica de
escuelas. Un edificio de Francisco Artigas
Con textos de Fernado Luna y Alejandro Hernández Gálvez
Fotografías de Fernado Luna y Jordi Bernadó
2014, Arquine, México
ISBN: 978-607-7784-80-7
168 páginas
Con textos de Fernado Luna y Alejandro Hernández Gálvez
Fotografías de Fernado Luna y Jordi Bernadó
2014, Arquine, México
ISBN: 978-607-7784-80-7
168 páginas
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