Julio de la Torre ha sido catalogado
como anticuario, coleccionista, restaurador, curador y artesano
El hobby de Julio de la Torre es coleccionar objetos
y muebles del siglo 20. Empezó recopilando mobiliario de Art Déco porque es el
movimiento de diseño que más le gusta. Hoy, se ha
especializado en comprar y restaurar piezas de 1920 a 1980.
Hace casi siete años,
inauguró una galería que lleva su nombre; la cual está ubicada en la calle de
Valladolid número 55 bis en la colonia Roma de la Ciudad de México. A él lo que más le fascina es promover el coleccionismo con sus clientes.
El éxito de su galería se
debe principalmente al ‘buen ojo’ que tiene para seleccionar las piezas
correctas y a una restauración impecable.
“Tengo una ‘vista de águila’
muy desarrollada. Cuando veo algo, inmediatamente lo analizo a detalle y me doy
cuenta del potencial de la pieza y también de los defectos que tiene. La
mayoría de la gente sólo ve el todo y yo me fijo en los detalles. Soy
extremadamente perceptivo”, expresó Julio de la Torre en entrevista para Podio.
El entrevistado dijo que un
coleccionista se puede perder en un mundo de objetos y cosas. Y si no sabe
comprar está perdido porque comienza a llenarse de una bola de chácharas feas
que ahí se quedan estancadas.
“También tengo sentido
común, es decir, veo algo y digo: ‘Esto va a funcionar y esto no’, y
generalmente soy atinado en ese sentido. Me guio mucho por mi primer
instinto”, aseguró el diseñador gráfico de profesión.
Su ‘buen ojo’ se ha formado
gracias a una regla de oro: informarse acerca de todo lo que hace en su
trabajo. “El conocimiento me hace hábil para saber comprar y restaurar las
piezas. Por ejemplo, en los años 50, qué tipos de telas se usaban, qué
terminados tenían las maderas, toda esa información interviene para decidir
cómo se restaura un mueble”.
La gente busca la galería
Julio de la Torre
no sólo por la buena selección de piezas, sino por cómo están terminadas. “Los
muebles restaurados quedan impecables, respetando como eran originalmente”.
Con un equipo de trabajo,
entre ellos: ebanistas, carpinteros, tapiceros, torneros, los que hacen
cristales, etc.; Julio trata de regresar un objeto o mueble a la vida en la
mejor condición posible.
Julio nunca se ha
preguntado: ¿y ahora qué voy a vender? Afortunadamente, llegan personas a su
galería para venderle cosas. También sale a explorar a los mercados de pulga, a
las casas y bazares.
“Me emociona ir en busca de
piezas porque no sé qué voy a encontrar, es algo fortuito, como una conexión
con un objeto.También me gusta toda esa
parte de la negociación”.
Considera que tal vez con el
tiempo sí vayan escaseando algunas cosas antiguas. Por ejemplo, ahora las
piezas ‘Art Déco’ son cada vez más raras que hace 10 o 15 años atrás.
Además de la selección de
muebles y restauración, se ha involucrado en el interiorismo. “He armado áreas
muy eclécticas, creo que eso es lo que me está diferenciando de los demás, que
puedo mezclar fácilmente objetos de diferentes décadas y colores”.
Cuando entras a la galería
de Julio de la Torre ,
realmente se siente una propuesta de interiorismo en ella. Las piezas están
acomodadas de tal manera que no compiten una con otra, sino que componen algo
armónico. “Mi creatividad se basa en el objeto básicamente. Creo que un sólo objeto,
por ejemplo, una lámpara, te puede realmente inspirar para crear todo un
ambiente”.
Cabe mencionar que Julio
también recibe piezas en su galería para restaurarlas. Recientemente arregló un
lienzo del siglo 18. También ha diseñado mobiliario para los interiores que ha
decorado. En un futuro le gustaría tener su propia línea de muebles.
“Mi negocio ha sido un éxito
y la gente me busca tanto porque hay clientes contentos, satisfechos y
orgullosos de poner en su casa algo de la galería. Para lograrlo, ha sido muy
importante involucrarme con mis clientes, conocerlos, estar en constante
comunicación, además de entenderlos, saber lo que necesitan y buscan”, concluye
Julio de la Torre.
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| Julio de |
Fotografías: cortesía Galería Julio de la Torre
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