Villa Pisani, esplendor barroco en el Veneto

Por: Eugenia González y Lorenzo Díaz


Uno de los más contundentes ejemplos de las renombradas y gloriosas Villas del Veneto, es este magnífico palacio construido por la familia Pisani que cuenta una interesante historia que va de la mano de la historia del Noreste Italiano.


Erigida en la Riviera del Brenta su construcción comenzó en 1721 a partir del proyecto de Gerolamo Frigimelica por órdenes de la noble familia Veneciana Pisani en ocasión del ascenso de Alvise Pisani como Dogo de Venecia. El objetivo principal era demostrar el poder y patrimonio de la familia a Europa entera. 

Al contrario de otras villas venetas esta no hace cabeza a un dominio territorial y no fue concebido como centro económico.  El complejo entero está sin duda inspirado por los grandes palacios Europeos de la época, en especial en Versalles.

                    Fachada principal de la Villa, obra de los Arquitectos Girolamo Frigimelica y Francesco Maria Preti

El diseño fue terminado por Francesco Maria Preti siguiendo cánones paladianos. Esta villa ha pasado por diferentes dominios y grandes personajes ha sido sus huéspedes. Destaca Napoleón quien adquirió la villa de la familia Pisani, mismo que decidió obsequiárselas a los Habsburgo, recibiendo la villa también a los que más tarde serían emperadores de México. 

Moraron en sus habitaciones también Carlos IV, el Zar Alejandro de Rusia, Fernando II de España entre otros. La villa fue también lugar para el primer encuentro entre Benito Mussolini y Hitler en 1934.

                                        Uno de los múltiples portales de la barda que rodea a todo el complejo

En su interior sobresale el gran salón con frescos de Gianbattista Tiepolo en una extraordinaria interpretación de la “apoteosis de la familia Pisani” rica de fantásticas arquitecturas y perspectivas creando sensacionales “trompe l’oeil”. El edificio, ahora museo nacional, conserva muebles de época algunos notables como la cama del Napoléon.

La villa es famosa también por sus extraordinarios jardines. Un laberinto de setos (el cual por supuesto recorrimos no sin  batallar tanto para entrar como para salir). El espejo de agua, que encaja a la perfección con la arquitectura es muy reciente, construido apenas en 1911. A la usanza de la época los jardines cuentan con una “orangerie” y un espacio para pasar los cálidos días del verano con un espejo de agua que en el invierno se congelaba para diversión de patronos.

                   Pasillo que une la entrada principal con el jardín dividiendo los dos patios centrales de la villa

Villa Pisani es una visita obligatoria para comprender la fuerza que la república veneciana tuvo en su momento y la relación de esta parte con la Europa de su tiempo.


Las caballerizas con su noble logia curva

 



El famoso laberiento de cetos, uno de los tres en Italia, vista desde la torre central


Una estructura decorativa en el corazón del parque jardín

                                                       La Ghiacciaia, construida sobre una colina artificial

                                                        Vista de la logia de las caballerizas

                                                                 Habitación y lecho de Napoleón

                       El salón principal con el maravilloso fresco del Tiepolo y sus fantásticas arquitecturas ficticias

                              La alberca o espejo central no fue construido sino hasta principios del siglo pasado

Fotografía: Lorenzo Díaz

@lorenzodiaz @EugeniaGG

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