La Visual de... La edición de la urbe

La ausencia de un objetivo definido al recorrer la ciudad es cada vez menos común. En esa inercia de ir y venir de un origen a un destino definido somos indiferentes a una cantidad de objetos, sucesos y espacios que conforman un mosaico de situaciones que develan información precisa del contexto en el que andamos.


Por Marcos Betanzos @MBetanzosHay poco tiempo para la observación y casi nada para develar la estética de los objetos mimetizados e imperceptibles que, sin embargo, continúan su narración sobre el historial de consumo, manías, actividades, usos, comportamientos sociales y tensiones de los habitantes de la ciudad que día a día se despojan de otro -nuevo o viejo- objeto para dejar en el territorio de lo público (la calle) lo que por un breve lapso de tiempo se conservar en el territorio de lo privado.


César Alvizo (1977) artista plástico, toma su papel como editor de la urbe y “nos confronta con todo aquello que pasa desapercibido en el recorrido habitual “a ciegas” de quienes circulamos a pie, en bicicleta o en cualquier otro medio de transporte.” ¿Qué es lo que observa y reúne para devolvernos un mosaico personal de la ciudad que percibe? Lo que todos ya conocemos pero que ahora parecemos imposibilitados para ver con atributos que superen su cualidad material: “objetos que han perdido sus funciones, pero son cubiertos con plásticos y lonas como medio de preservación. Autos en los que crecen plantas, rocas y llantas viejas hechas totems, puestos olvidados, diablitos de carga, objetos no identificados que coinciden bajo un mismo color de cubierta”.


La ciudad y sus objetos –que podría ser la metáfora del cuerpo y sus cicatrices- a partir de una mirada obsesiva encuentra en lo que otros consideran un desecho, una plataforma codificada a través de la estética pura de algo que se reinventa por medio de la fotografía, el dibujo y la acuarela, hasta convertirse “en una obra de arte que se torna en un objeto-facilitador que huye del olvido y se convierte en el centro de atención de los espectadores.”


En el caso de César Alvizo, la obstinación está dirigida a la recolección de objetos abandonados –o dispuestos- por otros. Y es a través de la práctica de derivas en bicicleta que provoca una relación íntima entre su vida cotidiana y su propia ciudad transformada mediante la selección y el aislamiento de fetiches que devienen de la escultura involuntaria del tiempo y el abandono, de la pertenencia, de la acumulación como garantía de que todos queremos poseer algo.



Las obsesiones de César Alvizo y su trabajo que nos remite a las estrategias culturales de los situacionistas -pensadas como instrumentos de transformación-, están plasmadas en Derivas, la primera exposición individual que exhibe Sismo Galería de Arte Contemporáneo en la Colonia Condesa, Ciudad de México. Vale la pena visitar la exposición para recordar que a veces la ciudad exige la renuncia a la navegación y el sometimiento total al naufragio para coexistir en ella. 




Fotografía: Cortesía SISMO Galería de Arte Contemporáneo

*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe 

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