La
ausencia de un objetivo definido al recorrer la ciudad es cada vez menos común.
En esa inercia de ir y venir de un origen a un destino definido somos
indiferentes a una cantidad de objetos, sucesos y espacios que conforman un
mosaico de situaciones que develan información precisa del contexto en el que
andamos.
Por Marcos Betanzos @MBetanzosHay poco tiempo para la observación y casi nada para develar la
estética de los objetos mimetizados e imperceptibles que, sin embargo,
continúan su narración sobre el historial de consumo, manías, actividades,
usos, comportamientos sociales y tensiones de los habitantes de la ciudad que
día a día se despojan de otro -nuevo o viejo- objeto para dejar en el
territorio de lo público (la calle) lo que por un breve lapso de tiempo se
conservar en el territorio de lo privado.