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Tierra prometida para peatones


“No pedimos que desaparezca el automóvil pero sí que se entienda que el espacio urbano y las políticas de movilidad deben privilegiar al peatón”.
Roberto Remes

Marcos Betanzos *
En días recientes se dio a conocer la Carta Mexicana de los Derechos del Peatón por parte de la Liga Peatonal, una red de personas, colectivos y organizaciones dedicados a la promoción y defensa del efectivo ejercicio de los derechos del peatón en las ciudades mexicanas y de un espacio público que ponga como eje a las personas.


El documento es una forma concreta de manifestarse con dos estrategias fundamentales para lograr sus objetivos, una con implicaciones sociales y la otra con implicaciones políticas. La primera está enfocada a fortalecer la participación social como vía de transformación hacia proyectos de infraestructura peatonal y el disfrute del espacio público, a través de la conciencia, acción social y construcción de proyectos peatonales. La segunda tiene como objetivo influir en la construcción de políticas públicas orientadas al peatón.

Parecería obvio y este documento (http://ligapeatonal.org/carta-mexicana-de-los-derechos-del-peaton/) resultaría totalmente innecesario porque todos hablamos y sabemos lo que implica ser peatón en alguna medida. Todos lo somos hasta que demostramos lo contrario. Sin embargo, este primer manifiesto señala inevitablemente el vacío (quizá menosprecio sistemático) que las autoridades y sus normatividades ostentan con respecto al tema, pues se sigue trabajando de forma constante en el andamiaje que favorece siempre la circulación vehicular en las ciudades mexicanas. Ejemplos de esto último sobran para exhibir la demagogia que hace brillar la falta de seriedad y sensibilidad en la implementación de políticas públicas bien formuladas que reduzcan la improvisación característica con que el tema se resuelve.

Peatónito en acción. Cortesía Peatónito

Lo que sobran son discursos y para un asunto de tal magnitud, la relevancia no debe ser menor: los atropellamientos, son una de las principales causas de muerte en el Distrito Federal. Tal como lo ha señalado la Procuraduría de Justicia del DF de los 1,395 accidentes viales registrados entre 2011 y 2012, 884 fueron atropellamientos. Hoy en día se estima que cada 12 horas un peatón es atropellado en la capital del país y al año, el número de víctimas se incrementa a 4,300. También se indica, que de cada diez violaciones al
Reglamento de Tránsito Metropolitano (RTM) sólo se infraccionan 3 y que
el 70 por ciento de estos incidentes ocurre en zonas sin infraestructura peatonal. Clarísimo: lo que hay –incluida una ley que poco se respeta y aplica- está mal, pero la situación empeora cuando no hay nada, ni infraestructura ni responsabilidad legal.

A pesar del optimismo que afirman tener las autoridades para reducir el parque vehicular, las cifras desmienten su futuro ilusorio: el parque vehicular seguirá incrementándose, se pronostica que en el año 2020 alcance la cifra de
39.72 millones de unidades de acuerdo a la consultora Melgar de México. ¿De ser así, qué se puede hacer para dotar de equidad, respeto y derechos al peatón antes que al selecto grupo de automovilistas?




Los datos duros señalan lo oportuno y necesario que resulta la plataforma de actuación de esta organización, que muy claramente ha enarbolado la bandera por la defensa de la unidad base de la ciudad: el ciudadano de a pie. Por tal motivo La Liga Peatonal, espera que con la implementación de esta carta se dé un paso adelante para lograr “construir 
ciudades equitativas, justas, seguras, sanas, a escala humana, con cero muertes o lesiones permanentes por accidentes viales, en las que caminar no sólo sea un acto posible y deseable, sino también un acto agradable y gratificante, base de la convivencia entre la ciudadanía”.




Los derechos como peatón los tenemos todos, ahora en tinta, esperemos que con una exigencia activa por respetarlos y conocerlos, sean verdaderas realidades. El primer derecho enlistado dice así: “el peatón tiene derecho a vivir en un ambiente sano y a disfrutar libremente del espacio público en condiciones de seguridad adecuadas para su salud física, emocional y mental”. Sí, suena bastante complejo porque en nuestra cotidianidad, ni salud, ni libertad, ni espacio público, ni condiciones de seguridad se nos dan al transitar. Las tenemos que construir, hay mucho que hacer: antes de caminar, asegurémonos que tenemos dónde pisar. 




* Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe.

Fotos: Marco Betanzos






 



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