Lo que llamó nuestra atención en la Bienal de Arquitectura de Venecia (1a Parte)

Por: Eugenia González y Lorenzo Díaz

El recorrido de los múltiples pabellones nacionales en los Jardines de la Bienal de Venecia puede ser una experiencia extenuante, pero el poder comparar y contrastar una gran cantidad de propuestas en apenas unas horas resulta, sin lugar a dudas, en una situación muy enriquecedora.



Son muchas las cosas a evaluar, desde la primera impresión que es sin duda fundamental hasta los pequeños detalles que hacen la diferencia. Al entrar a un pabellón el visitante trata de entender a que se enfrenta, es tarea del curador y de la museografía comunicar. Algunos lo logran acertadamente presentando discursos cuya lectura cautiva, pasando así a los múltiples niveles de información.

En nuestro juicio una exhibición de esta naturaleza debe de tener 3 niveles de profundidad y queda en manos del visitante saber que tanto profundiza. Una buena museografía debe de aportar lo suficiente para que leyendo el primero se entienda la propuesta y el segundo y tercero deberán solamente permitir profundizar.
El pabellón Ruso
La explosión que la arquitectura ha tenido en Rusia en las dos últimas décadas es apabullante, el flujo de recursos provenientes de la nueva economía y la carrera ostentosa que los nuevos ricos del país han emprendido para demostrar su fortuna y poder ha dado fruto a cosas muy interesantes.

El impacto que el pabellón de Rusia nos causó al entrar fue grande, sin duda. Lo primero que hacen es darte una tableta electrónica que contiene las instrucciones para desbloquear la información. Tres habitaciones cubiertas en su totalidad por códigos QR retro iluminados y que hacen un juego de luces es todo lo que la muestra comprende. Con tableta en mano uno enfoca cada código y la tableta va presentando diferentes proyectos.


 
Un primer impacto que se diluye rápidamente porque es muy frustrante tratar de armar un hilo conductor y entender si se han visto los proyectos correctos y cuales faltan por ver. Proyectos ambiciosos capturados en códigos que poco dicen. El primer impacto se convierte en frustración, sin duda.


El pabellón de los países nórdicos
Contenido en el que posiblemente sea el pabellón más luminoso y radiante de los jardines esta muestra, más que de arquitectura de “proyectos”, propone un ejercicio que invitó a 32 arquitectos (nacidos después de 1962) a plasmar su concepto de “casa” reflejando su filosofía y visión sobre la arquitectura. El todo con el objetivo de festejar el Jubileo de la apertura del pabellón mismo.


11 arquitectos de Finlandia, 11 de Suecia y 10 de Noruega plasman de manera diferente un mismo tema y el resultado es interesante. Desde conceptos muy elaborados hasta formas mínimas. Sin duda un entretenido ejercicio que a nuestro gusto se queda un paso antes de lo necesario. Antes que arquitectura las instalaciones se quedan en el campo conceptual y artístico, a nuestra forma de ver haciendo falta una serie de elementos que explicara el porqué de las propuestas y la visión de sus creadores.

El pabellón Japonés

Curado por Toyo Ito este espacio es sin duda un extraordinario ejemplo de la cultura japonesa y las circunstancias coyunturales por las que atraviesa. La exhibición muestra el resultado de un complejo y completo ejercicio motivado precisamente por Ito en el que se invitó a jóvenes arquitectos a crear una solución de vivienda para la población afectada por el terrible Tsunami que azotó a Japón apenas hace un año.

La iniciativa parte de la prerrogativa, profundamente argumentada por el arquitecto Ito, del trabajo pro bono. Con una museografía inquietante, inmersa en la realidad del espacio que la devastación dejó y con infinidad de maquetas de los ejercicios. Correctamente realizada con varios niveles de información, múltiples explicaciones y elaborados videos que permitían conocer la iniciativa al nivel que se deseara.

Japón se presenta, sin duda alguna, como la nación ejemplar que es y sus arquitectos claramente mandan un mensaje contundente contra la especulación que nos llevó a la crisis actual. Aplauso.


El pabellón Canadiense
Esta expo es el resultado de un concurso nacional entre jóvenes arquitectos coordinado por el destacado despacho 5468796 con base en Winnipeg, Canada. Se tomó como eje central el fenómeno de la migración y su influencia en la arquitectura. Los 18 modelos resultantes son ejercicios muy interesantes, cada uno acompañado por un video.

Lo más impactante es precisamente el “paisaje” que justifica el nombre de Migrating Landscapes y crea una museografía sensacional. Desde una perspectiva muy acertada Canadá pone bien sobre la mesa el tema de las migraciones como fenómeno y respeta el tema central puesto por Chipperfield, tema que es sin duda “common ground” para muchas naciones.




Fotografía: Lorenzo Díaz

@lorenzodiaz @EugeniaGG

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