Un nuevo ensayo de una casa terraza, buscando desdibujar la línea entre interior y exterior, logrando un espacio fluido, dinámico, lleno de luz, que incorpora la vegetación como una herramienta rectora de diseño.
Emplazado en
terreno de 1,300m2 de superficie resultado de fusionar dos lotes dentro de una
privada residencial al norte de Mérida, esta vivienda de 1,000 m2 de
construcción está en un terreno en esquina con orientación norte sur, sin
ningún árbol en su interior, pero con un grupo vegetal importante en su costado
oriente alojado en una franja del área común adyacente, que se convertirá en la
premisa de diseño al buscar incorporar esta sensación verde al vacío de la
casa.
Un programa
arquitectónico sencillo con servicios al poniente, áreas sociales que miran al
jardín sur, y áreas privadas que miran al norte, al sur o ambas. La casa hacia
el frente es bastante ciega, carente de ventanas más que las necesarias, pero
invadida por patios vegetales que confieren un mood fresco y casual a la
vivienda.
Los remates
siempre son verdes, las escaleras flotan entre jardines y son descubiertas al
entrar por el acceso principal. El acceso secundario el del día, también es a
través de un patio, recibidor y vista de la cocina, un vacío a doble altura
descubierto con un árbol como protagonista. La circulación principal remata en
un extremo con un vacío en ambos niveles, esta vista es hacia afuera hacia la
calle, hacia la naturaleza prestada, robada, aquella que en un principio se
decidió volver participe de la propuesta. En su caminar hacia el extremo
opuesto la acompaña otro patio interior a doble altura esta vez cubierto y que
se vuelve remate de áreas sociales y acompañamiento que enfatiza los dos
espacios de mayor relevancia, la cocina y la recámara principal.
La
configuración de la casa combina espacios de doble altura con otros de una
sola, logrando así concatenar ambos niveles y evidenciar la fluidez que se
percibe de un lado a otro, el monoespacio.
La terraza a
doble altura de pronto se ve interrumpida por un árbol y un mezanine o balcón
de la recámara principal. Nuevamente buscando fundir el arriba con el abajo, el
espacio social con el privado, el adentro con el afuera. Su otro extremo
flanqueado por una escultura que nace del piso.
Como remate en
el patio sur se propone un bar hundido, un espacio que sube y baja medio nivel
para hacer de huerto en su parte superior y de estancia de convivencia y ocio
medio nivel enterrado. Para acceder a este, nuevamente se utiliza la vegetación
como acompañamiento, unos maceteros que se desdoblan cual alfombra mientras los
peldaños de la escalera te sumergen y proveen de privacidad.
La recamara de
la hija pequeña presenta un carácter introvertido, ciega y privada hacia el
exterior mediante un muro pantalla que resguarda tras de sí la vista hacia un
árbol, abierto e iluminado, con la posibilidad de usarse este espacio como el
balcón de las serenatas, claro, siempre resguardada por el jefe de familia que
tiene su estudio exactamente bajo la recamara y cuya vista y de donde nace este
árbol son parte de y han sido cuidadosamente pensadas.
El baño
principal tiene una extensión hacia una terraza privada, esta inyecta de luz al
mismo y presenta jardineras que le sirven de remates visuales, decoración y
privacidad. Un espacio que
no hay que dejar pasar es el cuarto de juegos de los niños, este tiene
nuevamente un juego de alturas sencillas y medias, pero esta vez el espacio
crece hacia abajo en vez de hacia arriba. La sensación de protección que
confiere el bajar medio nivel tiene también el propósito de crear otro ángulo
para disfrutar de las vistas hacia el patio y la vegetación robada fuera de la
casa.
La paleta de
colores usa tonos blancos, beiges, cremas y cafés, acentuados por el verde de
la vegetación. La gama de materiales usados como la piedra en su presentación
pulida o rustica, la madera en diferentes tonalidades, formatos y acabados, o
la modernidad conferida por el cristal, aluminio y acero, son algunos de los
elementos que componen la estrategia cromática y compositiva.
Fotografía: Sergio Ríos
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