Una vivienda con una profunda conexión con la naturaleza y el arte. En lugar de evitar los árboles, los arquitectos decidieron abrazarlos.
Bajo la premisa: “él llegó primero” Casa Tamarindo es una vivienda que
pretende explicar la simbiosis entre la arquitectura y la naturaleza. Siendo el
árbol la pieza principal y eje ordenador del proyecto arquitectónico.
Enclavado en un centro de Manzana del Barrio de San
Sebastián —en Mérida, Yucatán— un terreno particular por sus características irregulares y por sus
preexistencias de vegetación, fue el lienzo para desarrollar una casa unifamiliar
para un artista plástico y su esposa diseñadora gráfica y escritora.
Si bien el programa arquitectónico no era complejo,
las características del terreno, los requerimientos del cliente en cuanto a la
imagen, la vegetación existente de talla mayor que había que conservar en su
totalidad y los elementos colindantes, fueron los factores que crearon el reto
de resolver una vivienda de 2 habitaciones con baño, sala/comedor/cocina en
planta abierta. Un estudio para obra plástica y un estudio de escritura y
trabajo, además de diversas áreas exteriores que contemplan áreas de jardín, piscina,
comedor exterior, área de sala exterior y zona de camastros, todo resuelto en
una sola planta.
El concepto general del proyecto fue crear una
vivienda que permita a sus habitantes disfrutar durante todo el día, diversos
espacios en todo el conjunto, organizar estos, en torno a él Tamarindo que era
el árbol de mayor edad y talla buscando la mejor orientación posible para el
aprovechamiento de los vientos cruzados y la iluminación natural.
Los materiales de muros interiores y exteriores
fueron esenciales para lograr la imagen que los clientes buscaban, si bien el
gusto por las haciendas Yucatecas estuvo presente, la premisa primordial era
crear una obra contemporánea, atemporal donde los materiales (al igual que las
haciendas) pudieran envejecer dignamente e ir mostrando la pátina del tiempo
integrándola a la imagen misma de la vivienda.
El cemento pulido con color integral nos ofrece
esta diversidad pues al no ser una superficie totalmente plana y uniforme da
una sensación más natural y orgánica, esta imagen lograda y la solución
funcional de los espacios generó un estilo que denominaron: Hacienda
Contemporánea.
Fotografía: Manolo R. Solís
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