Proyecto finalista de la categoría Hoteles en el XII Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
A lo largo de una calle tranquila y arbolada de la Ciudad de
México, que hace referencia y honra al escritor francés Anatole France, encontramos la acogedora
Casa Ofelia. Además de gozar de una excelente ubicación, el inmueble se rodea de andadores
ideales para una caminata o restaurantes para disfrutar de una copa o una
comida tranquila.
El proyecto trata de la reforma y ampliación de una casona
que data de los años cincuenta, transformándola en una acogedora casa de
huéspedes para cortas y larga estancias con veintitrés habitaciones, recepción,
un local comercial, gimnasio, roof garden y lavandería. Uno de los principales
objetivos de la intervención fue reconfigurar las circulaciones para optimizarlas
a través de un núcleo principal que alberga elevador y escaleras, y a su vez
continúa en dos corredores a manera de brazos que nos dirigen a las
habitaciones en cada nivel.
La experiencia comienza desde la llegada al recinto; nos
recibe un abundante jardín natural que abraza las escalinatas de piedra
volcánica que nos dirigen al pórtico de acceso. Cruzando la puerta principal, el
vestíbulo de acceso nos muestra increíbles detalles hechos en madera natural de
encino y el nombre de Casa Ofelia nos da la bienvenida desde un tapete de latón
embebido en el piso de terrazo.
Nos acompaña una iluminación sutil y suave que baña de luz
tanto a los lambrines como a los muros estucados. Al llegar al núcleo central
de la casa, encontramos las circulaciones; la protagonista, sin duda, es la escalera
en espiral hecha de terrazo y con un barandal en tonos suaves. El majestuoso
candil que cuelga desde el pergolado bajo el domo ubicado en el último nivel,
recorre cada uno de los niveles hasta llegar a la planta baja.
La belleza de las habitaciones nos brinda una atmósfera
acogedora, la simbiosis generada por la combinación de los materiales genera espacios que te hacen
sentir como en casa. Las alturas originales respetadas de las recámaras,
distribuidas en 4 niveles, brindan lugares íntimos y con privacidad, pero siempre
con una interacción entre el exterior y el interior; despertar y escuchar el
canto de los pájaros o poder contemplar una terraza con árboles frutales hacen
de este alojamiento un lugar especial e inolvidable.
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