Proyecto finalista de la categoría Oficinas mayor de 300 m2 en el XII Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
El
proyecto nace de la propia naturaleza startup de una empresa emergente en
constante crecimiento y expansión, características motoras que hacen plantear
el discurso narrativo a través del denominado ripple effect. Efecto ondulatorio
que parte de un evento inicial propagándose de forma incremental produciendo eventos
subsecuentes.
Con
base en la analogía de un objeto que al caer en agua genera ondas se desarrolla
la planta formando ejes de composición radiales expansivos. Dichos ejes
conforman las circulaciones, delimitan los espacios tanto cerrados como
abiertos, generan intersecciones con la arquitectura existente, y terminan definiendo
el programa del proyecto.
El
flujo parte de un espacio de recibimiento que se comunica con un ágora de doble
funcionalidad, espacio de trabajo casual que a su vez funciona como punto de
encuentro o de presentación. A continuación, el usuario encontrará múltiples
tipologías de espacios de colaboración adaptándose a las nuevas formas de
trabajo híbrido, permitiendo cambiar la dinámica de sus actividades diarias
favoreciendo la interrelación entre los empleados. Finalmente se complementa el
proyecto con áreas de meditación o esparcimiento que buscan impactar en la
salud y el bienestar humano de los usuarios.
Fotografía: Jaime Navarro y Fernando Etulain
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