Un proyecto de arquitectura efímera que
invitó a los visitantes a recordar el pasado lacustre de la Ciudad de México,
una gran urbe que fue construida sobre agua
El Taller de
Arquitectura Pública se inspiró en nuestro pasado lacustre para realizar este
pabellón que formó parte del Festival de Mextrópoli que se llevó a cabo el pasado mes de marzo.
El Pabellón Lacustre se instaló en la Plaza Santa Veracruz frente al Museo Franz Mayer. Ostentó un trazo circular en planta que ubicó en su centro una fuente ya existente alrededor de la cual se construyó una estructura a modo de andador que elevó al transeúnte a un nivel al ras del agua para su contemplación.
Con el pensamiento: ¿Sabías
que debajo de nosotros hubo un gran Lago? Una ciudad Lacustre resiste entre
nosotros, el diseño del Francisco Eduardo
Franco y sus colaboradores Arat Guillen, Ingrid González, Marbet
Salazar, Abraham Guillermo Fonseca del Taller de Arquitectura Pública,
ponderaron la estrecha relación que los habitantes de ésta ciudad siempre han
guardado con el agua desde aquellas latitudes en el tiempo prehispánico de chinampas
y trajineras.
El mayor
mérito es que se creó un espacio dentro del espacio. El sitio se delimitó con
velarías y textiles verticales con perfiles desmontables por su carácter nomádico
y respetó la integridad de la fuente sin anclar la estructura en ésta,
guardando una proporción armónica con la plaza. Rebeca Franco en colaboración
con Huerto Roma Verde, diseñó un sistema de cultivo en macetas de yute con
capas de tezontle y manta de cielo para trazar un jardín con pastos, plantas y
flores.
Esta arquitectura
con su carácter efímero, paradójicamente remitió a un instante de eternidad.
Fotografía:
Enrique
Márquez Abella
Página Web: tallerdearquitecturapublica.com
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