El diseño de esta casa se planteó con base a una pregunta; ¿cómo crear una vivienda unifamiliar, confortable, funcional, fuera de lo convencional, en un lote con dimensiones de 4 x 69 m² y no morir en el intento? un gran reto a desarrollar para el taller.
La propuesta de sacar el mayor provecho a las dimensiones y crear en toda longitud del lote fue realizar una experiencia sensorial. Taller Estilo Arquitectura descubrió el espacio mediante un recorrido sinuoso que los llevó de la mano durante toda la construcción, descubriendo la vivienda poco a poco acompañado de cambios de materiales, escala, iluminación y transiciones entre interior y exterior.
Su proporción de 1 a 17 del lote entre su ancho y longitud no resultó un impedimento para crear una vivienda única, innovadora, de gran espacialidad, que junto con los materiales como aliados crean una propuesta contemporánea resuelta en 280 m².
En el lote existía una estructura en buen estado que data de los años 70s la cual se incorporó al diseño readaptando su uso. Dado que la materialidad del proyecto fue un elemento determinante para la imagen final, se decidió definir claramente las dos épocas a través de los materiales.
La parte antigua conserva un carácter tradicional con dos espacios claramente delimitados, los muros y plafones están acabados en estuco con pintura, los pisos son de pasta, característicos de la región. La estructura nueva se convierte en una caja interior realizada en una sola pieza con solo una perforación semicircular estratégicamente ubicada para introducir iluminación y ventilación natural.
Los muros y plafones son de concreto gris pulido al igual que el piso de la planta baja donde se conserva el mismo acabado, mientras que en la planta alta el concreto es martelinado creando una textura que le da una sensación más cálida al espacio. Dentro de la casa no existen cerramientos o desniveles, los espacios privados y de servicio se delimitaron con muros de cristal reflejante, obteniendo vistas al interior y exterior.
Al igual que en un caleidoscopio, una serie de espejos dentro de un tubo crean una ilusión óptica. Estos muros ayudan a crear un juego infinito de reflejos que varían durante todo el día gracias a la luz y sombra que aporta la perforación semicircular que se encuentra en el jardín interior y la escalera escultórica para acceder al área privada.
Las dos áreas principales siendo de distintas épocas se conectan a través de un patio semicerrado dado el primer receso en 69 m² que sirve de transición entre las dos áreas. Este patio es una pausa entre la primera impresión y el espacio después de entrar.
*Con información cortesía de Taller Estilo Arquitectura
Fotografía: David Cervera, Elías Collí Medina
www.tallerestiloarquitectura.com
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