La Visual De… Casi una esquela

Obras es la revista mexicana más longeva de la industria de la construcción en nuestro país. Es quizá el medio de mayor arraigo para muchas generaciones, una revista que siempre intentó alejarse de las modas y las oscilaciones del buen gusto para enfocarse en dar visibilidad a muchos de los artistas disciplinares tanto de la arquitectura como de la ingeniería civil.

Por Marcos Betanzos @MBetanzos
Durante décadas, en sus páginas nos enteramos de las obras de ingeniería más trascendentes y de los edificios más ambiciosos que marcaban un paradigma, no solo eso: conocimos a sus creadores a través de entrevistas, entendimos la industria con las voces de columnistas que siempre arrojaron luz a temas de relevancia, uno de ellos el Derecho aplicado a la construcción; en sus reportajes se perfilaba siempre el vínculo con la economía, el patrimonio, la tecnología o la historia, el pulso de la industria se sentía en sus páginas mes con mes.














Conocí la revista desde mi adolescencia, fui su asiduo lector y disfruté constantemente de sus secciones. Años más tarde, recibí la generosa oportunidad de escribir en sus páginas, gracias a Yolanda Bravo Saldaña, en ese momento editora de la misma. Publiqué algunas noticias por varios meses, una entrevista al arquitecto Juan Soriano, otra a Joan Roig; mi primer gran texto lo hice en conjunto con Yolanda Bravo abordando la obra de Juan O´Gorman. Escribí ahí desde el inicio de mi carrera profesional y lo hice por más de diez años, fue por mucho una segunda escuela.




Conocí a quienes admiraba, conversé con ellos y aprendí de sus obras tanto como de sus palabras. Me hice de grandes amigos, colegas que compartían el interés por escribir, por proyectar, por enseñar, enormes personas como Isaura González, Julieta Boy, Alain Prieto, Hugo Salvatierra, Antonieta Valtierra, Mirna Gutiérrez, Arturo Villegas, Alejandro Ochoa Vega y claro, el sesei Sófocles Hernández (QEPD).




Recientemente me he enterado por diversas personas que la revista cambia y muda (o se reduce) a solo una versión digital, se acaba la versión impresa. Yo siento que la edición 562 de diciembre de 2019 es una especie de esquela. Mi percepción es pesimista: siento que no saldrá de ahí y que poco entendieron los productores de este medio acerca de la pertinencia de su contenido, la obligada evolución ante la demanda digital o la necesaria y rigurosa disciplina de mantenerse a distancia de los coqueteos por convertirse en una revista rosa para la industria.




Los optimistas dicen que Obras está en coma, qué lástima. ¿Cuántas cosas nos enseñó desde su primer número de enero de 1973 cuando abordó temas como el futuro del naciente destino turístico que era Ixtapa Zihuatanejo, los cambios en el reglamento de construcción o los logros del Infonavit a un año de su creación? ¿cuántas nos dejó compartir con tantas y tantas voces? ¿cuántos talentos emergentes no vieron ahí un trampolín para continuar su trayectoria de éxito? ¿cuántas experiencias de los grandes maestros fueron compartidas y celebradas?




Mi agradecimiento siempre a esas páginas y a todos los que la hicieron posible en muchos años de gloria. El tiempo dirá, si alguna decisión valiente la saca de este tránsito lento hacia el vacío. Ya van dos meses que no llega la revista, esperaremos un mes más.

Fotografías: Obras

*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y profesor de cátedra en el Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe y Estado de México. Becario FONCA 2012-2013, integrante de FUNDAMENTAL, taller de arquitectura, paisaje y urbanismo.

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