Por Marcos Betanzos @MBetanzos
La obra de Stone fue vasta, llegó como pocos a lugares distintos para plasmar un estilo cargado de variaciones, un reflejo de una vida personal vinculada de situaciones de mutación constante. Desde su paso por universidades e instituciones académicas que nunca lo llevaron a recibirse como arquitecto, su inicio como arquitecto en los años treinta siendo una de sus primeras obras el Radio City Music Hall en Manhattan (1932), la mancuerna realizada con Philip L. Goodwin para el MoMa; su participación en la segunda guerra mundial, donde desde Washington estuvo a cargo de diseñar instalaciones de las bases de la fuerza aérea del ejército, la portada que ocupo en 1958 de la revista TIME y un largo etcétera que trae consigo un cambio de escala y de tipologías. También de compromisos ideológicos y de empatías, desprecios de colegas y críticos.