El viernes 19 de septiembre, en el Teatro Esperanza Iris, Mextrópoli volvió a ser el eje de una conversación urgente: ¿cómo diseñamos el mundo que queremos habitar?
Bajo el tema central de la vivienda, las
conferencias del festival trazaron un mapa de inquietudes, estrategias y sueños
compartidos, donde la arquitectura se reveló no como objeto, sino como proceso,
como mediación entre cuerpos, territorios y futuros posibles.
Por: Eugenia González @eugenia_circulocuadrado
En un momento en que la vivienda se ha convertido en uno de
los temas más urgentes del debate urbano, Mextrópoli 2025 ofreció un espacio
para repensarla desde múltiples ángulos: como derecho, como experiencia, como
arquitectura y como acto colectivo. Este texto recoge las ideas que llamaron mi atención durante las conferencias, hilando reflexiones sobre
ciudad, comunidad y diseño con una mirada editorial que busca abrir nuevas
reflexiones. Porque más allá de los muros, la vivienda es también una forma de
imaginar el futuro.
La jornada abrió con una mirada al Plan Selva, una
iniciativa que propone pensar la Amazonía no como recurso, sino como proyecto.
Se habló de redes de conocimiento, acción y gestión, y de la necesidad de
entender cómo se vive un espacio antes de diseñarlo. La arquitectura, en este
sentido, se convierte en una herramienta para canalizar fuerzas sociales,
culturales y ambientales. “Antes de ser arquitecto, soy ciudadano”, se escuchó,
marcando el tono ético de la jornada.
Uno de los ejes más potentes fue la reflexión sobre la
vivienda. Se abordó desde múltiples ángulos: como experiencia de cuidado, como
derecho urbano, como espacio de convivencia. Se denunció la paradoja de quienes
son “demasiado ricos para el Estado y demasiado pobres para los bancos”, y se
insistió en que la vivienda debe estar integrada a los beneficios de la ciudad.
El arquitecto, mencionó Alejandro Aravena, no impone soluciones, sino que canaliza capacidades
constructivas y saberes locales. La especulación inmobiliaria fue contrastada con modelos
cooperativos, como las Urban Villas, donde unidades de vivienda se agrupan en
torno a jardines comunes. Se propuso pensar en capas: áreas húmedas,
modulación, espacios compartidos. Y se recordó que el principal obstáculo para
la vivienda asequible sigue siendo el costo del suelo.
Los arquitectos tienen el privilegio de diseñar el mundo que quieren, además de construirlo y vivirlo, por lo que es importante hacerlos conscientes que su trabajo es el que le dará forma al futuro de todxs. No los podemos dejar solos y es importante que trabajemos #HaciendoEquipo para que, juntos como ciudadanos, le demos forma a nuestro futuro.
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