El diseño arquitectónico permite llegar al resultado ideal enfatizando la materialidad, así como la relación entre interior y exterior.
Un espacio donde la convivencia y la expresión creativa se entrelazan de
manera armoniosa resolviendo todo lo necesario para que una familia encuentre
los ambientes adecuados para el desarrollo profesional y la dinámica hogareña.
Los requisitos expresados por el reconocido guitarrista Eduardo Díaz, su
esposa e hijas, se traducen en el diseño de este estudio de música formado
por volúmenes arquitectónicos que se funden mediante elementos esbeltos de
acero, macizos de piedra y detalles en madera. La disposición del jardín
complementa la paleta de materiales ofreciendo escenarios multifacéticos rodeados
de entornos naturales que enriquecen tanto las actividades familiares como la
creación musical.
La morfología de la estructura está caracterizada por ángulos que
responden a la búsqueda de una reverberación específica y vital para realzar el
desempeño artístico del músico y se convierte en una forma distintiva que
unifica los espacios. La relación con el paisaje, crea diversos ambientes
estéticos tanto en interiores como en exteriores que sirven como marcos
inspiradores para producciones audiovisuales, donde Eduardo comparte su talento
en las redes sociales, constituyendo una de las ramas fundamentales de su
profesión y convirtiéndose en testimonios visuales de la armonía entre la forma
y la función, así como la fusión entre la vida familiar y el arte.
El predio seleccionado para el proyecto cuenta con 507 m2 de superficie
y colinda al norte con la residencia familiar. La propuesta consiste en diseñar
un estudio musical y usos complementarios, donde el área social interior más
frecuentada, conformada por la estancia, el comedor y la cocina, funcione como
el punto de conexión principal con la vivienda y junto con las dos conexiones
exteriores se logre la integración de los espacios con lo existente.
La zonificación parte del punto de conexión principal con la vivienda,
donde se establecen los ejes compositivos del diseño y se configuran las
circulaciones con pórticos que funcionan como distribuidores hacia los
distintos espacios, al mismo tiempo que contribuyen con el aislamiento térmico.
La sala que conecta con la residencia se concibe como un espacio
dedicado a la convivencia familiar, un elemento central en la concepción de
este proyecto. Este espacio brinda la posibilidad de acceder al jardín,
propiciando estímulos cognitivos para el desarrollo infantil.
El estudio musical, se plantea como un espacio en donde la forma
propicia el rebote de sonidos para cumplir con las exigencias acústicas
necesarias en las creaciones artísticas. Este entorno, destinado a la
composición de piezas musicales, ofrecerá fondos diversos, enriquecidos por las
cualidades transitorias de la naturaleza que lo rodea, óptimos para la
grabación de videos informales en el día a día.
La terraza con elementos esbeltos de acero y la estructura a dos aguas,
funciona como un espacio de estancia donde los sonidos musicales de
fondo crean ambientes excepcionales.
El jardín, abrazando los distintos espacios, permite la conexión con la
naturaleza. El sistema de plazas, configurado con puntos de encuentro a lo
largo de toda el área natural que, junto con recorridos rodeados de especies,
crean distintos ambientes durante las circulaciones.
Fotografía: Jorge Succar
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