Proyecto ganador de la categoría Oficinas mayor de 300 m2 del XIII Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
Dentro del
centro histórico de la ciudad de Morelia, surge este proyecto de remodelación
para un corporativo, el cual tiene como escenario un exconvento del siglo XVII.
El primer reto de la obra consistió en respetar la mayoría de los elementos
originales del edificio y tratar de rescatar la máxima cantidad de espacio
posible. Adicionalmente, se tuvieron que considerar las intervenciones que
sufrió el convento a lo largo del tiempo; ya que algunas alteraciones fueron
acertadas, mientras que otras equivocadas.
Como segundo
reto, optamos por un replanteamiento a la manera en que se desempeñaban las
actividades laborales dentro del corporativo; cambiando la estructura e
ideología tradicional de la oficina, eliminando los espacios fijos mediante el
diseño de espacios flexibles de trabajo. En la planta baja, únicamente se
intervino el claustro o patio central, para dar lugar al comedor del
corporativo. En este nivel, se buscó generar un jardín al interior del
edificio, integrando 5 jardineras con naranjos en cada una, las cuales
funcionan para contener la vegetación y como mobiliario urbano; permitiendo
utilizar estos elementos por los colaboradores como espacio de trabajo al
exterior si es necesario.
En la planta
alta, las áreas de trabajo se consideraron como zonas de convivencia con un
enfoque disruptivo. El programa arquitectónico es sencillo, aunque destaca por
su diversidad y multifuncionalidad de cada una de sus áreas. De esta manera, se
generaron espacios que cambian la manera y el esquema de trabajo habitual, como
un auditorio con sus respectivas gradas que funciona como sala de juntas;
consideramos una biblioteca que sirviera como recepción y sala de espera,
ofreciendo la posibilidad de trabajar o simplemente leer durante un momento.
Se diseñó un
espacio de ocio con una barra de café, sala de televisión, y una mesa de
pingpong; para fomentar la interacción y relajación de los usuarios en sus
tiempos de descanso. Uno de los elementos que destaca dentro de estas
amenidades, es un cuarto de meditación llamado ‘nido’, diseñado como un espacio
de introspección para estimular la mente y salir de la rutina (considerando la
importancia de la salud mental y física) con la finalidad de mejorar la calidad
de vida y rendimiento de los trabajadores.
Como parte de
nuestras estrategias de diseño, se contemplaron varios aspectos para optimizar
la experiencia de los usuarios dentro del corporativo. En primer lugar, se
cambió la iluminación existente por un sistema de iluminación inteligente que reacciona
conforme al ciclo circadiano, para tener un mejor desempeño durante la jornada
laborar y reducir el consumo energético. También, se colocaron ventanas con
doble cristal como aislamiento acústico y térmico al exterior, ya que el sitio
está ubicado en una avenida con mucho tránsito.
Al contemplar
la materialidad, se utilizaron acabados naturales y de la región, para mantener
una calidez y armonía en el proyecto; así como apoyar al comercio local. Los
muros se recubrieron con empastados en color arena, creando un lienzo neutro
que es intervenido con acentos sutiles como la vegetación, el mobiliario y la
ambientación. Uno de los materiales protagonistas de los interiores es la
madera, donde se utilizó madera de encino con acabado natural para las carpinterías,
y duela de encino blanco en los pisos. Por último, se contemplaron elementos de
barro fabricados por artesanos michoacanos-, como lámparas, jardineras y
objetos decorativos.
Fotografía:
César Belio
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