El proyecto se desplanta sobre una construcción existente de un sólo nivel,
en medio de un predio de 20 x 45 metros aproximadamente, en cuyo centro se
encuentra un árbol de mango de algunas décadas de antigüedad, en la ciudad de
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
La construcción se
realizó con un presupuesto apretado, por lo que todo responde a esta
característica. Los acabados son aparentes en ladrillo artesanal, en cuyas
secciones se ocultaron 2 castillos, y recubrimiento fino esponjeado en cemento
y cal. En los pisos se optó por cemento pulido blanco, también ejecutado a
mano, y en las losas se aplicó “domotej”, tecnología alternativa de
construcción de origen chiapaneco.
El programa
arquitectónico consta de un bloque de estructura de acero para las escaleras,
hechas de marco de ángulo de acero y huellas de concreto más marmolina,
pasamanos de redondo de 1 pulgada, un vestíbulo que mira directamente al árbol
de mango. El vestíbulo se encuentra al aire libre y sirve como núcleo que
dirige hacia un baño, una recámara con baño completo más un área secundaria de
servicio y la recámara principal que cuenta con baño propio.
Todos los espacios
responden a una condición de viento cruzado y una altura de losa de 3.20 metros
al lecho bajo, permitiendo que todos los espacios sean sumamente agradables. Las
puertas son de madera de árbol de huanacastle barnizada con hidrofugante, la
herrería está pintada con primer negro y los muros está sellados con
hidrofugante.
Fotografía: Arquitecto Fabián Flores
No hay comentarios:
Publicar un comentario