En un contexto natural de montes rocosos de clima semiárido, justo en la franja verde del terraplén donde corre el canal de riego agrícola, de abundantes árboles frutales, pinos, encinos y árboles frondosos, se encuentra este proyecto, una remodelación y ampliación extrema.
El cliente tenía este terreno de 2500 m2 en el Estado de
México, rodeado de árboles y con vistas hermosas hacia los cerros aledaños, que
incluye una casa sencilla, de 120 m2 e una sola planta y en buen estado de
conservación, pero muy disfuncional, con espacios fríos, oscuros y sin
ventilación, además de una apariencia anodina, que negaba completamente su
relación con el entorno natural, y que se perdía fácilmente de vista.
El punto de partida para la intervención consistió en analizar
las posibilidades de reutilizar la estructura original, con lo cual se logró
salvar aproximadamente el 65% de la construcción original, además de respetar
formalmente las diagonales de los techos inclinados, que fueron tomadas como
referencia para todo el proyecto, convirtiendo esta diagonal en una constante
de diseño.
Empezamos por demoler algunas paredes para juntar áreas y
lograr espacios generosos para la zona pública, un área de estar, área de comer
y área de cocinar. Se demolió el techo inclinado a dos aguas de esa zona, pero
se salvaron las trabes, con lo cual se introdujo luz y calidez, con el cual se
logró tamiz de las sombras proyectadas por el sistema de trabes inclinadas a
dos aguas. A partir de ese primer movimiento de expansión del centro de la
casa, se replanteó todo el diagrama de flujos.
Se modificó el acceso, para llegar directamente al área común,
las áreas aledañas se convirtieron en las habitaciones, en paralelo se
construyeron nuevas áreas de servicios en la planta baja tales como sanitarios,
lavandería y patio de tendido. Además,
se agregó en planta alta en desniveles respetando las alturas originales de las
cumbreras de los techos inclinados, el área familiar y estudio, se convirtieron
también dos magníficos miradores al cerro y creo un contacto más directo con
las frondas de los árboles circundantes.
El resultado final resultó en una obra para que todo
se notara, casi como una cuestión fundamental que se relaciona directamente con
el entorno físico, disfrutando la sombra, la vista y el ambiente de los árboles
circundantes que aprovecha para resaltar su propia presencia blanca en medio de
los verdes del bosque.
Fotografía: Antolín Aragón
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