La fuerte
atracción que los entusiastas del arte y la arquitectura sienten por el museo
Guggenheim de Bilbao es principalmente el espectacular edificio realizado por
el arquitecto Gehry y por supuesto las invaluables piezas de su colección
permanente. De esta vasta colección de destacados artistas internacionales sobresale -no solamente por su tamaño- la monumental pieza escultórica: La materia del
tiempo, de Richard Serra.
Guiados por uno
de sus más grandes admiradores, nuestro querido amigo el arquitecto Agustín
Caso, nos adentramos a recorrer el trabajo de Serra. La totalidad de la sala es
parte del campo escultural -como ocurre en otras de sus esculturas compuestas
por muchas piezas- y las grandes planchas de acero están distribuidas con
determinación para mover al espectador a través de ellas y del espacio que las
rodea.
La distribución a lo largo de la galería crea pasillos de diferentes
proporciones (anchos, estrechos, alargados, comprimidos, altos, bajos) y
siempre imprevistos, que como bien nos explicó Agustín, crean una sensación de
descubrimiento que se enfatiza con la presencia o la ausencia de luz.
En una sala
contigua se presentan un par de videos que describen el montaje de la obra y el
modo de pensar de Serra respectivamente, que además están perfectamente
aderezados por la maqueta que permite observar los detalles compositivos de la
escultura. El compromiso que hizo el museo con el artista es que la obra estará
en exhibición por lo menos 25 años, razón por la cual Serra decidió dar forma a
esta descomunal obra.
Fotografía: Lorenzo Díaz
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