Por: Eugenia González y Lorenzo Díaz
Carlo
Scarpa (1906-1978) trabajó en la restructuración del Castelvecchio de Verona en
varias etapas, entre 1957 y 1964 y del 67 al 73. La intervención realizada en
este espacio para contener un museo de arte medieval es considerada uno de sus
trabajos más importantes y significativos.
Durante
décadas, y sobre todo en vida, el trabajo del Maestro Scarpa fue poco
reconocido y publicado. Tal vez por su mal entendida escala, por creer que sus
obras eran “pequeñas”, por el alto contenido artesanal en las realizaciones. Lo
cierto es que hoy en día su trabajo es una importantísima referencia en la
historia de la arquitectura moderna.
La
obra de Scarpa sólo puede ser comprendida en su riqueza al visitarla, las fotos
no le hacen honor e inclusive -dicho de propia experiencia- fotografiarla no es tarea sencilla. La obra
de Scarpa se tiene que vivir, recorrer, sentir, tocar.
Posiblemente
una de las cosas que más llamen la atención al conocer sus realizaciones es la
obsesión por el detalle del detalle mismo. Cualquiera que se haya enfrentado a
la difícil tarea de diseñar sabrá que le detalle es complicado y que detallar
no es poner ni quitar, sino completar, balancear.
El
trabajo del Maestro usa, sobre todo, las técnicas magistrales de los artesanos
del véneto y los lleva a su máxima expresión, razón que el siempre defendió y
que con el tiempo – una vez superadas las ambiciones del modernismo rampante –
se han probado acertadísimas. Las
cosas diseñadas al detalle, construidas con dominio de la técnica y creadas con
los tiempos correctos resultan en obras ejemplares atemporales como esta, sin
duda.
Fotografía: Lorenzo Díaz
@lorenzodiaz y @EugeniaGG
Buen artículo. Espacio conmovedor e inolvidable, como toda obra de Scarpa.
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