Exposición Roma Condesa, Estilos arquitectónicos, parte II


Texto: Museo MODO
Presentamos ahora la segunda parte de Estilos arquitectónicos, de la muestra Exposición Roma Condesa, 111 años de historia en el Museo MODO. El estilo Art Nouveau se desarrolló a finales del siglo XIX, influida por el movimiento de origen británico Arts and Crafts, surgió en Europa la corriente artística conocida como Art Nouveau.




Los motivos vegetales y las audaces estructuras onduladas que se oponían al pasado academicista y ecléctico revolucionaron la arquitectura y el diseño de la época, lo mismo dando forma a palacios y templos, que a vajillas, muebles o carteles publicitarios.

Entre sus principales características estuvieron la adopción y estilización de formas naturales y orgánicas como flores, hojas y ramas, además de modelos femeninos y líneas curvas dispuestas en patrones envolventes. Bajo esos principios surgieron las obras de los arquitectos belgas Henry van de Velde y Víctor Horta, pioneros del estilo, y del francés Héctor Guimard.

El Art Nouveau llegó a México iniciando el siglo XX, en el apogeo del Porfiriato. De los ejemplos más tempranos sobresalen la decoración de la desaparecida Casa Requena, ubicada en los alrededores de la Alameda; el interior del Centro Mercantil –hoy el Gran Hotel de la Ciudad de México- y el proyecto de Adamo Boari para el Teatro Nacional, luego Palacio de Bellas Artes, modificado tras la Revolución.



Si bien existen varios inmuebles en la Ciudad de México con elementos de estilo Art Nouveau en la fachada, muy pocos pueden considerarse como obras completas de dicha corriente. Tres de ellos se encuentran en la colonia Roma.

El primero es el edificio habitacional ubicado en Guanajuato 54 esquina con Mérida, construido alrededor de 1920 y actualmente en estado ruinoso. A un par de cuadras podemos ver la casa de Chihuahua 78, edificada en 1916 por la compañía Arquitectura Prunes y restaurada en el 2006. Para el historiador Francisco de la Maza, este ejemplar del Art Nouveau posee “algo adolescente y tierno que lo hace encantador”. Finalmente, la casa de Colima 145 esquina con Córdoba, hoy sede del MODO, es obra de Arturo Jiménez y fue realizada en 1910; destaca por la decoración de formas orgánicas en sus dinteles y balcones abombados.

Cabe mencionar también un par de residencias estilo Art Nouveau que ya desaparecieron: la de Guanajuato 63, construcción de una sola planta demolida en la década de los setenta, y la de Orizaba 43 esquina con la Plaza Río de Janeiro, que fue diseñada por Arnold Spinelli y perteneció al efímero presidente mexicano Pedro Lascuráin.

Eclecticismo. 
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la arquitectura ecléctica se propagó por buena parte de Europa y América. Influido por la corriente historicista, que buscaba imitar los estilos de épocas anteriores como el gótico o el renacentista, el Eclecticismo también dirigió la mirada hacia el pasado, retomando e incorporando elementos de todos ellos para combinarlos libremente y dar origen a creaciones nuevas. A decir del cronista de la Ciudad de México, Guillermo Tovary de Teresa, “definir al eclecticismo es muy difícil: definir es cerrar y el eclecticismo por definición es abierto”.


Así, se construyeron mansiones y templos de inspiración neorrenacentista, neoclásica, neogótica o neobizantina, decorados según el caso con detalles neogriegos, neoárabes o neomudéjares.

El Eclecticismo llegó a México desde Francia durante el Porfiriato y se desarrolló profusamente en el centro de la Ciudad de México y en colonias nuevas como Santa María la Ribera, la Juárez y la Roma. Entre los ejemplos más notables hay que mencionar el Palacio de Correos, que fusiona el plateresco y el gótico; la parroquia de la Sagrada Familia, en Santa María la Ribera, de estilo neobizantino; el Kiosco Morisco, realizado para la Exposición Internacional de Nueva Orleans; la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, ahora Museo Nacional de Arte, entre muchos otros.



A lo anterior también se sumó en nuestro país el auge neoprehispánico. Como resultado de este interés por lo que se consideró la “verdadera arquitectura nacional”, encontramos obras como el Monumento a Cuauhtémoc y la extinta Fuente Maya.

En la colonia Roma se conservan numerosas y muy variadas construcciones de estilo ecléctico, que en conjunto le otorgan una riqueza única a este sector de la ciudad. Destacan el templo de la Sagrada Familia, en Puebla y Orizaba, de inspiración neorrománica; la casa de Zacatecas 120, ahora ocupada por la Universidad de la Comunicación, que combina detalles neorrenacentistas con elementos que remiten a la arquitectura del Medio Oriente; la Casa Lamm, el edificio de Orizaba 110 y Álvaro Obregón, la residencia de Colima 168, la de Guadalajara 104, que perteneció a Fernando Torreblanca, o los inmuebles localizados en el cruce de Colima y Tonalá.


Fotografía: cortesía Museo MODO


Museo Modo
Colima 145, La Roma
Ciudad de México


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