Una renovación
para la convivencia y el disfrute.
Por: podio
@podiomx
Proveniente de
la división de una propiedad familiar en 2 secciones, la vivienda resultante
presenta un estrecho frente de 3.95 m y un fondo regular de 32.15m. Ubicada en
la colonia Reforma en Mérida Yucatán, una zona al borde del centro histórico,
la propiedad a intervenir contaba ya con 184 m2 de construcción repartidos en 2
plantas, con la mayor parte de la construcción resuelta en planta baja y un
solo cuarto en el nivel superior.
Una secuencia
de espacios formados por pequeños cuartos uno junto a otro, daban una sensación
de hacinamiento, desorden y en hasta cierto punto caos. El encargo: remodelar y
ampliar para transformar la propiedad en Airbnb, aumentando el número de
habitaciones, simplificando las áreas sociales y dotándola de nuevos espacios
para la convivencia y el disfrute.
En planta baja
se demolieron los muros entre áreas contiguas para lograr un monoespacio social
(comedor-cocina), también se decidió eliminar la losa que cubría una pequeña
zona tras la cocina y funcionaba como estudio. La razón de esto último generar
un patio a triple altura que inyectara luz al centro de la vivienda y articulara
los nuevos componentes en los niveles superiores.
Ante el
necesario crecimiento en vertical, los nuevos espacios se repliegan 10 m hacia
el fondo, escalonando la construcción y logrando desaparecerla de la vista
desde la calle. Mediante este gesto se conserva la escala de las construcciones
vecinas, siendo amable con el peatón y generando un vacío o colchón del ruido
cotidiano. La fachada es sobria y hasta cierto punto enigmática.
El programa
requería crecer dos niveles adicionales los cuales se posan sobre el
monoespacio social de planta baja. Como la capacidad de carga de la losa
existente era cuestionable, se tomó la decisión de que debía ser retirada.
Aprovechando esta situación se elevó 60cm la altura del espacio y se colocaron
Dovelas como entrepiso, confiriéndole así una mayor espacialidad y reinterpretando
mediante un lenguaje moderno la arquitectura local de finales del Siglo XIX.
El muro de
mampostería cual telón de fondo en la planta baja es resultado de retirar el
acabado existente, revelando la riqueza que existía en la propiedad escondida
bajo varias capas de pintura.
Se generó una
esquina de cristal en la habitación de planta baja, mediante esto se logra
conectar el interior con el exterior, brindando una sensación de amplitud y
frescura enfatizada por la conexión con la vegetación circundante y el pequeño
cuerpo de agua que se aloja en el fondo del terreno.
La nueva
recámara en el primer nivel se abre hacia una terraza que mira hacia la calle,
la vegetación vecina y una gigantesca escultura natural representada por un
árbol seco que se niega a morir brindando contraste y dramatismo a la escena,
para disfrutar de dicha han sido colocadas hamacas.
En el último
nivel, a manera de mirador, encontramos una terraza techada, una estancia social
que aprovecha las vistas y domina el paisaje colindante compuesto en su mayoría
por frondas vegetales.
La paleta de
color es muy sencilla: monocromática con algunos acentos. Predomina el color
beige presente en los pisos de mármol, los muros y losas tanto en chukum o
pintura. El verde es otro color empleado. Este es un reflejo de los exteriores,
de las visuales controladas, de la naturaleza, algunos detalles en mosaico de pasta
o bien en algunos atrevidos muros pintados están presentes a lo largo de todo
el proyecto.
Fotografía: Lorena Darquea
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