Euroluce, la tecnología de la luz encuentra la materia

Cada edición encontramos cosas nuevas, sorprendentes. Los expositores de Euroluce siguen explorando una de las materias más cercanas a la experiencia humana del espacio, la luz.

Por: Eugenia González @eugenia_circulocuadrado y Lorenzo Díaz @lorenzodiaz

Para los que frecuentamos estos eventos y estamos cerca de los lanzamientos del mundo del diseño, y en especial de la iluminación, las novedades e innovaciones se dan en pequeños pasos incrementales.
 
Posiblemente hace ya un par de décadas, cuando la iluminación artificial pasó de ser “análoga” a “digital” y la incandescencia, la fluorescencia y cosas como los focos halógenos o los tubos comenzaron a desaparecer vivimos una revolución vertiginosa. Ahora, por el contrario, presenciamos un proceso de consolidación, de refinamiento. El cambio tecnológico se ha dado y ha sido asimilado a lo largo y ancho de la cadena de valor. Los protagonistas cambiaron de roles, unos crecieron y otros desaparecieron.
 
Este escenario maduro, consolidado, permite ahora explorar sutilezas. Cada marca comienza a dominar sectores específicos y a afinar sus factores diferenciadores. Los creadores de “objetos de luz”, porque llamarles lámparas, luminarios o fuentes de luz, es limitado, han concentrado sus esfuerzos por explorar elementos puntuales de la tecnología.

 
Entran en juego propuestas que conversan fuertemente con la materialidad, las fibras, las maderas, piedras, papeles, el siempre presente vidrio y materiales de nueva generación (incluyendo los reciclados o los ecológicamente sensibles) trabajando en diálogo con las fuentes luminosas. Objetos pequeños, para colocar en un buró o grandes tapetes voladores para llenar el lobby del más exótico hotel de las nuevas ciudades orientales, entran en un juego constante entre la materialidad y las consecuencias en su encuentro con la luz.
 
La luz hace evidente el iluminar, no hace falta ya pensar que la luz artificial ayuda a ver. Cada vez la luz ayuda más a sentir, a emocionar y este año vimos tecnologías que buscan crear experiencias, emociones, sensaciones. Control lumínico, temperaturas de color, rendimientos cromáticos, bajo deslumbramiento, todo buscando crear confort, apelando a las emociones. El uso de conocimientos neurocientíficos, sociológicos, psicológicos en torno a los objetos que le dan razón de ser a la arquitectura.
 
Fotografía: Círculo Cuadrado