Año con año
en nuestro recorrido por los diferentes espacios expositivos del Salón del
mueble en Milán detectamos claras tendencias, este año no fue la excepción y
compartimos con ustedes nuestros hallazgos
Por Eugenia
González @eugeniagg y Lorenzo Díaz @lorenzodiaz
A lo largo de
varios días las tendencias se hacen evidentes y para este año detectamos
Colores
El color
vuelve a ser protagonista, dejamos atrás los años de fuertes paletas en tonos
neutros y grandes contenidos de grises y beiges para pasar a propuestas más arriesgadas. Es claro que el color vuelve
a ser un tema importante y por todos lados vimos paletas que van más allá del
producto, las atmósferas proponían color, el color llenaba el espacio y no sólo
era un acento.
Dominaba en primer lugar una paleta en tonos pastel con intenciones
saturadas, fuerte presencia de rosas y salmones, verdes y azules delicados pero
contundentes. Aparecen colores bermellón y naranjas. Colores que más que
recordar los pasteles de los años 50 traen aromas de los 80 y el post
modernismo.
Aparecen
colores cercanos a la naturaleza, musgos y acquas, verdes selváticos, todos en
fuertes intensidades. El brillo de los colores es contenido, la saturación no.
Paletas que se pueden combinar con plantas, de las que vimos muchas de hoja
grande y de verdes profundos.
Aparecen
guiños también a los colores primarios, los colores de la Bauhaus. Tonos
sólidos, en grandes plastas y determinados.
Grafismos
Este año
notamos la constante aparición de grafismos en tapetes, papeles tapices,
decoraciones en muros y algunos elementos decorativos con fuertes influencias
del postmodernismo y el arte Pop. Gráficos geométricos, coloridos y
contundentes.
Materiales
Este año el
mármol vuelve a ser el rey, en toda clase de situaciones, lujosas o contenidas.
El
Aparece de
nuevo el terciopelo, para sillones y confortables de todo tipo. Con su peculiar
brillo refuerza las atrevidas paletas de colores, parece que la aberración a
los materiales con brillos ha desaparecido.
En los
metales es evidente el uso de latón, cobre y metales bruñidos y cepillados. El
cromo casi desaparece y salvo en contadas ocasiones se asoma tímido y
cepillado. El tubo desaparece para dar paso a metales en varillas, delgadas
estructurales y apenas evidentes. Acabados metálicos para muros y partes de
muebles generan espacios luminosos y enigmáticos.
Las maderas
son oscuras, sin brillos. Maderas negras cepilladas con poro abierto, chapas en
tonos rojizos con vetas lineales muy marcadas.
Iluminación
Encontramos
el uso más puntual en la iluminación, espacios con zonas contrastadas, luces y
sombras. El LED, rey de la magia minimalista, permite hacer acentos muy
focalizados y crear fuentes de luz enigmáticas. Aparecen muchas lámparas
históricas como objetos decorativos de culto.
Muebles
Seguimos
viendo grandes superficies tapizadas en los muebles, soportados con casi
invisibles patas metálicas. Mucha presencia de chapas de madera y piedras en
superficies horizontales. La piel, material predilecto del lujo, siempre con
color en tonos tranquilos pero no neutros. La iluminación a base de LEDs
ocultos se refuerza, pero se vuelve sutil y discreta. Todo sabemos que los
muebles se pueden iluminar, ahora lo vemos de forma muy elegante.
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