La Visual de… Una jungla de aros: la desnudez de intervenir lo público.

Producto de una residencia artística auspiciada por Casa Vecina y la Fundación del Centro Histórico, Anónima Arquitectura una oficina encabezada por los arquitectos Sindy Martínez y Erik Carranza desarrollaron una pieza ex profeso para intervenir el Atrio de San Francisco, al pie de la Torre Latinoamericana en el centro de la Ciudad de México.

Por Marcos Betanzos @MBetanzos
Lo realizado, es sin duda de las intervenciones más exitosas que ese sitio ha tenido: a ella acuden sin parar familias completas que haciendo uso absoluto de todo lo que se proyectó previamente otorgan sentido y extienden una comprobación favorable de las hipótesis que la pieza postuló. 


Lo realizado por Sindy y Erik, ilustra una serie de estrategias, de ejercicios de observación y calentamiento), tanto como la síntesis de una investigación urbano – arquitectónica bien definida, sintonizada y dirigida por sus sensibilidad y suspicacia para hacer con pocos o nulos recursos una resonancia de alto impacto. Se trata más que de un proyecto estrictamente formal, de la emisión de un mensaje claro donde se demuestra la potencia suficiente que una intervención en el espacio público puede requerir. También, la pieza deja claro el camino para renunciar a las pretensiones, excesos tolerados, y la importación de soluciones de bolsillo en el espacio público, aspectos tan socorridos por las instituciones a cargo de la misma materia desde hace años. 




Estamos ante la naturaleza de un gesto que requirió más investigación y estrategia que tecnicismos y burocracia, menos conceptos más observación y que, obviamente que no contó con los recursos económicos que se derrochan en otras puestas en escena. El proyecto es contundente por su capacidad de interacción y su eficacia pero también por ser brutalmente honesto al evidenciar que el discurso de ordenar e intervenir en el espacio de todos es más propaganda política que voluntad silenciosa por cumplir objetivos tangibles. Esta pieza es replicable y lo realizado es apenas un ejercicio de calentamiento, ojalá vengan muchos más. 




La jungla de aros diseñada y conformada por cuarenta y cinco piezas dañadas que fueron rescatadas de parques de las delegaciones Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, y Azcapotzalco seguirá su camino una vez que termine la instalación y vuelvan a su sitio original ya reparadas. Ojalá vaya con ellas el mensaje de ver en esos aros metálicos más que la nostalgia de lo inservible, lo arcaico y lo imposible de intervenir, el potencial de la trasformación exitosa para convertirse en instalaciones lúdicas, deportivas y de descanso, incluyentes y heterogéneas con una lógica mestiza eficaz, muy contundente. 










Fotografías:

1, 2, 3 Cortesía FUNDACIÓN CENTRO HISTÓRICO

4, 5, 6 Marcos Betanzos 

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