Emprendedores: Carmen Rión

Su pasión por hacer ropa fue probablemente heredada por su padre, uno de los camiseros más destacados de México a mediados del siglo 20


Por: Estivaly Calva Tapia @estivalycalva
Desde que era pequeña, a Carmen Rión le gustaba jugar al mundo de la moda: presentaba colecciones de moda, montajes teatrales, pasarelas y performances entre amigos. Esa pasión por diseñar y producir ropa fue probablemente heredada por su padre, el fundador de la Camisería Savoy en los años 40. Aunque su madre también fue alumna de la escuela de Corte de París.

Su primera colección la presentó hace casi 30 años, pero producía sólo una vez al año porque se dedicaba a otras cosas.  

En sus tiempos de universitaria como diseñadora gráfica y textil, tuvo el sueño de colaborar con artesanas textiles, por eso, decidió hacer su tesis titulada Proceso de diseño para estampado textil mexicano.

En 1998 empezó a producir una colección llamada De la casa a la calle y de la calle a la casa, era un sistema de vestir inspirado en las pijamas, primero eran de algodón, después creó una línea de lino. Hoy en día se han convertido en los Básicos. Así mismo, diseña desde hace 20 años guayaberas de lino para hombre. Siempre se ha inclinado por las fibras naturales, lino, algodón, seda, lanas y recicla sus propias telas.

Ya son muchos los años destinados a este trabajo, y la marca que lleva su nombre, ha permanecido en el mercado porque combina dos elementos claves: lo artesanal con lo contemporáneo.

Carmen Rión en entrevista para Podio comentó que el éxito de su empresa se debe  principalmente a el diseño. “No les estoy copiando a las artesanas textiles, sino que ellas están involucradas totalmente en el proyecto. No sólo les solicito maquila. Además, tratamos de darles un pago justo por su labor”, expresó.
Lo que planea Carmen a corto plazo es empezar a exportar a París y Londres. En este momento, tiene dos tiendas en territorio mexicano, una se encuentra en la Colonia Condesa en el Distrito Federal desde el año 2000; y otra en el Centro Histórico de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Además de otros puntos de venta en el Hotel Condesa DF, Museo Franz Mayer y en San Miguel de Allende, Guanajuato. También le gustaría empezar a vender más a través de su página de Internet.

En las boutiques de Carmen Rión hay blusas desde 850 pesos hasta un vestido de novia de 30 mil pesos o más.
Lo que más le apasiona a la diseñadora es experimentar con las telas, “es lo primero que me dan ganas de hacer”. Al regresar de su maestría de Algemeine Kunstgewerbeschule en Basilea Suiza, el arquitecto Ricardo Legorreta la invitó a ser parte del proyecto de los hoteles Camino Real Ixtapa y Cancún, para los cuales diseñó las telas. También trabajó para compañías como Toallas El Pilar y Acatex, donde prácticamente se doctoró en estampado y tejido. Así mismo, ha hecho equipo con diseñadores como Carlo Demichelis, Keko, César Franco y firmas como Circa y Acmé, entre otras marcas.

En cuanto a la colaboración con comunidades, en este momento trabaja solamente con Zinacantán, Chiapas, y ya empezará próximamente a visitar el estado de Puebla.
La entrevistada dijo que su producción es más artesanal que en serie. En sus cortes, las tallas no se hacen necesariamente con un patrón clásico. Muchas veces es sólo con una especificación por escrito. Entonces, algunos diseños se pueden maquilar fácilmente en serie, pero otros no.

Una de sus colecciones más interesantes es “Transformers” donde las blusas se ponen de frente  y de vuelta. También algunos vestidos se hacen faldas o faldas que se hacen cortas y largas.
Otra de las líneas es “Reciclables” que se hace a partir de los desperdicios. “Tratamos de no tirar nada a la basura. Con cada pedazo de tela sobrante armamos enormes lienzos de parches que dan como resultado prendas originales y divertidas.”

Acerca de su personalidad como empresaria confesó que es un desastre porque no se considera una mujer de negocios. “Al ser diseñadora y artista no soy tan buena en el tema administrativo y de finanzas. Por lo tanto, he tenido que equilibrar el diseño con la parte de las ventas.”
Guayabera
Finalmente, nos compartió su opinión acerca del sector del diseño en México. “Siento que existen pocos diseñadores originales. Algunos tienen buenas propuestas pero no son tan sorprendentes. Esto lo atribuyo a las escuelas de diseño en el país que no son excelentes porque enseñan a los estudiantes a copiar, y no a crear”, concluyó Carmen Rión.
Carmen Rión
Fotografías: cortesía Carmen Rion




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