Emprendedores: Bi Yuu

Marisol Centeno diseña y produce tapetes hechos a mano, “son de tan buena calidad que duran toda la vida, hasta lo vas a poder heredar”


Por: Estivaly Calva Tapia @estivalycalva
Unos tíos de Marisol Centeno viven en San Juan Chamula, Chiapas. Ella no nació ni creció en este lugar pero lo visitaba desde que era una niña. En Zinacantán, conoció a una familia de hermanas artesanas, y hasta el día de hoy son buenas amigas.

Cuando Pashcu, Juana y Petrona se ponían a tejer, le platicaban a la jovencita acerca de su trabajo, y fue así como Marisol descubrió los procesos artesanales en la vida cotidiana. “Toda la artesanía me gusta mucho pero sí tengo una conexión muy particular con el textil”, expresó la ahora diseñadora textil.

Cuando estaba en la carrera, empezó a trabajar en diseño de vestuario para el Bicentenario, Fonart y una serie de Canal Once. Salió de la universidad y le ofrecieron un puesto en Avante textil para diseñar ropa interior de la marca Disney. Comenzó el entrenamiento, pero se dijo a sí misma: esto no es para mí. Por lo tanto, decidió desenvolverse profesionalmente de manera freelance con diferentes proyectos. De pronto, un amigo la recomendó con un despacho de arquitectos y fue con ellos a hacerles una presentación de su producto. “Les vendí todo lo que sí sabía hacer, aunque confieso que no tenía armada una empresa. Me fue muy bien porque aceptaron muestras y enseguida me fui a Oaxaca a buscar artesanos.”

Pero cuando se trasladó a Teotilán del Valle en Oaxaca, tuvo sorpresas, gente que en realidad no estaba interesada en colaborar, personas comprometidas, y otras no; artesanos que se arriesgan a hacer las cosas diferentes, y por otro lado, los que están con una idea muy particular de cómo hacer su trabajo y tampoco se prestan a intercambiar opiniones. Sin embargo, también encontró gente dispuesta a colaborar con entusiasmo para terminar ese proyecto con el despacho de arquitectos.

Regresó de Oaxaca y después empezó a hacer esporádicamente pedidos, pero no estaba tan estructurada la que hoy es su marca: Bi Yuu. Y para el verano de 2012, ya había hecho más entregas de pedidos. De hecho, estuvo mucho tiempo en Teotilán; hacía prototipos y experimentaba. También buscó un equipo de trabajo y ponía mucha atención en los errores que cometía para poder mejorar los procesos. A partir de este momento, Marisol vio que ella y su equipo estaban un poco más sólidos, y lanzaron la primera colección en noviembre de 2012 llamada Bacaanda.

“Siempre he sido una persona trabajadora. Siento que tengo que hacer muchas cosas y si no estoy muy ocupada, busco más actividades”.

Muchos años, la diseñadora estuvo “muy clavada” en la cosmovisión de los huipiles, con toda la lectura que hay atrás de todos los bordados y fue de las cosas por las cuales se acercó a las técnicas textiles mexicanas.

“Bi Yuu es una marca especializada en tapetes y complementos textiles. Fusionamos lo moderno con técnicas ancestrales. Nuestro producto es 100 por ciento ecológico y nos encanta consentir a los clientes cumpliendo sus caprichos para personalizar un diseño”, explicó la entrevistada para Podio.

Sus precios van desde los 7 mil hasta los 30 mil pesos depende del tamaño del tapete, pero generalmente el estándar de 1.70 x 2.40 para una sala mediana es lo que la gente más compra, y éste cuesta de 10 a 21 mil pesos.

“Un tapete hecho a mano es de tan buena calidad que dura toda la vida, hasta lo vas a poder heredar”, afirmó.

De las cosas más difíciles que ha enfrentado es trabajar con una comunidad de hombres tejedores en Teotitlán del Valle. “Hay diseñadores que han abusado de los artesanos, van, hacen pedidos y luego desaparecen. Realmente no existe un proyecto social de integración, convivencia y de reconocimiento mutuo. Además, al ser mujer, no estar casada y llegar a ser la jefa, fue un desafío lograr ser respetada, así como tener una relación de honestidad y confianza.”

De hecho, el año pasado el Centro de Diseño de Oaxaca fueron sus asesores para realmente causar un impacto positivo en la población.

“Un gran acierto ha sido desarrollar metodologías de colaboración con los artesanos. Así mismo, el no querer ser pretensiosa y no dar falsas expectativas cuando llegué a Teotitlán. Prefiero ir poco a poco pero que el bienestar que se va generando en las familias sea de raíz.”

Por otro lado, Marisol se da cuenta que otros despachos quieren hacer tapetes pero ella se considera afortunada porque cuando presentó Bi Yuu existían pocas empresas dedicadas únicamente a fabricar este producto.

Hasta ahora ha diseñado y producido 50 tapetes. Uno de ellos representó un reto porque fue un telar de ocho metros para Legorreta + Legorreta en León, Guanajuato, un proyecto de casi tres meses.

En este momento distribuye en Solano 16, una galería de interiorismo en San Miguel de Allende, Guanajuato; así como en Galería Mexicana de Diseño.

Finalmente, para quien desee emprender un negocio propio recomendó no esperar a tener dinero, la cuestión es salir a vender y así te vas a dar cuenta si funciona o no tu proyecto. “Yo empecé sin capital, y lo que hacía era tener una muestra e iba a diferentes lugares a ofrecerla. Pero si esperas a tener todo perfecto nunca va a suceder”, concluyó Marisol Centeno.

Fotografías: cortesía Bi Yuu





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