
Laborarán, después de haber recorrido la ciudad por más de una hora, durante su jornada, gozarán de una pausa para matar el hambre y recargar energías, posteriormente los esperará un viaje de regreso a casa igual o aún más largo que el que los trajo a su trabajo. Trabajarán así repetitivamente desde su juventud hasta su vejez, materializando con sus manos y su ingenio la casa soñada de alguien más, la oficina de alguien más, la alberca y el jardín de alguien más, siempre trabajarán para alguien más que nunca son (o serán) ellos.