A una semana
de haber vivido la ciudad extraordinaria, les compartimos nuestras impresiones
de todos los eventos a los que pudimos asistir en esta edición. Nos gustaría
tener más tiempo y mucho más espacio en nuestra cabecita para poder aprender
todo lo que sucede en esos días. Esperamos que nuestra reseña satisfaga a los
que asistieron, pero sobre todo que pique la curiosidad de los que no lo han
hecho todavía
Uno de los
eventos que más disfrutamos fue el recorrido de las diferentes instalaciones
efímeras en la alameda, ya que además de que en su mayoría estuvieron muy bien
logradas, lo que más nos maravilla es como todos los paseantes se interesan en
ella y las disfrutan. El encuentro con los queridos amigos —participantes y
visitantes— también se convierte en una oportunidad única para intercambiar
impresiones y disfrutar una mañana pintada por las magníficas jacarandas.
El lunes y
martes de conferencias en el Teatro Metropólitan fueron como siempre la cereza
de este enorme pastel y como bien se preguntó Francis Keré: ¿Y por qué tantas
conferencias en un mismo día? Y el mismo respondió durante su ponencia: porque
se aprende mucho de tantos y tan nutridos puntos de vista. Si bien cuesta
trabajo dedicar el día solamente a esto, nosotros hemos hecho un esfuerzo por
no faltar ya que sin duda se aprende mucho, no solamente de lo que saben los
ponentes y conferencistas, sino de la forma en cómo lo dicen, cómo lo
presentan, cómo explican sus proyectos; habiendo algunos que te quedan a deber
y otros te entregan tanto que hacen que el día completo valga la pena.
Termina una
edición más de Mextrópoli y no queda más que felicitar a Andrea Griborio,
Miquel Adriá, Alejandro Hernández y todo el gran equipo que hace que este
extraordinario evento suceda.
Fotos:
Círculo Cuadrado
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