En México existen 3 instalaciones de James Turrell que se encuentran dentro de su catálogo de obras mundiales
Para los viajeros que buscamos
todo lo relacionado a diseño, como si se tratara de las reliquias sagradas, las
instalaciones de James Turrell no son la excepción. Sin duda, es una de las
influencias que ha motivado mi apetito por el arte relacionado a la luz, que destaca junto con la de Doug Wheeler y Robert Irwin, entre muchos
otros de peso e importancia dentro del movimiento artístico denominado Light And Space iniciado en Estados Unidos
en la década de los 60.
En el año 2000, tuve la
oportunidad de gozar la obra de Turrell por primera vez en una instalación que
era parte de la colección permanente del Museo Sprengler de Hannover en
Alemania. Fue todo un descubrimiento y estimulo sensorial que hasta hoy es mi
aplicación favorita de la luz, la manipulación e inducción sensorial. El
ingreso al recinto dispuesto para la obra es por medio de una trampilla que
restringe el acceso de luz externa, a lo
lejos se distingue una fuente de luz color liláceo con forma rectangular que
resulta intensa por un breve periodo de adaptación. Al aproximarse a esta
aparente superficie que se manifiesta, es casi palpable la materialización de
la luz, y al extender la mano ésta penetra la obra, ocurre “la magia” y se crea
una relación intima con la obra.
Parece, que el merito de
Turrell radica en un constante y exhaustivo análisis que parte de lo teórico
por sus estudios en psicología de la percepción; y llegan a lo empírico dentro
de la evolución de su obra y avanza en la dirección tanto propositiva como experimental.
Su énfasis en suprimir la presencia de las luminarias y por priorizar el efecto
da por consecuencia la luz por encima de las demás cualidades del espacio. Este
merito es y debe de ser el fundamento de cualquier diseño lumínico, en orden de
importancia y jerarquía: efecto, fuente luminosa y luminaria al final y no en
sentido inverso como mayormente ocurre.
El ámbito psicológico de la luz es en extremo seductor, porque es un tema completo en sí mismo y requiere ser abordado desde una perspectiva integral así como el perfil que requiere cualquier diseñador en iluminación.
En mi reciente peregrinaje a
Frankfurt, por motivo de la feria de iluminación en su edición 2014, fui al
encuentro de su obra en el Zentrum für
Internationale Lichtkunst Unna, un museo dedicado al arte de luz donde la obra
de James Turrell encuentra su perfecto espacio. Dos piezas enriquecen la
colección, la primera en el interior del museo de nombre “Floater”(1999), es modesta en dimensiones, sin embargo, no demerita
en ningún momento la experiencia. La segunda en el exterior es un Skyspace de nombre “Third Breath”(2005) donde se hace una doble exploración de
fenómenos de la luz. El nivel inferior funciona como una “Camera Obscura” proyectando en el piso aquello que se manifiesta en
el plano superior, y la planta alta como un espacio de observación.
Por otro lado, con tristeza
he leído que la obra “Tending. (Blue)”
en la Galería Nasher de Dallas fue declarada por el autor como destruida en
2012 debido a que la construcción de un rascacielos en la zona hace interferencia
con la percepción de su creación. Igualmente el MoMA PS1 de Nueva York tiene
bajo mantenimiento desde ya hace tiempo, la obra ”Meeting” (1986), lo que hace que sea un año curioso para Turrell en
Estados Unidos, mientras en el LACMA en California se presenta una
retrospectiva de su carrera que estará abierta hasta finales de mayo de 2014. En
otros lugares hay obras que se cierran o permanecen indefinidas.
Pero, ¿por qué en nuestro
país pareciera no contarse con una presencia mayor de la obra de este maestro?
Y para sorpresa mía; ¿Sabía usted que en México existen 3 instalaciones dentro
de su catálogo de obras mundiales? Una en Culiacán denominada “Encounter” (2007), que está actualmente
cerrada al público por motivos de revisión por parte del autor. La segunda
instalación de nombre “Anfiteather Ochil”
(2011) se encuentra en la Hacienda Ochil en Yucatán. Se estrenó en 2012 como
una colaboración junto con el compositor Philip Glass; y por último la obra
privada “Agua De Luz” en 2012 ubicada en Tixcacaltuyub, igualmente en Yucatán. Así que para los que nos redimimos rindiendo devoción a piezas que han sido tocadas por la gracia de la luz -que son verdaderos diseños de emociones-, vale la pena planear un viaje, por cualquiera que sea el motivo, si es que se tiene la posibilidad de encontrar una instalación de Turrell. A todas luces el futuro no está escrito. Frankfurt 2014.
Sabe cómo, o si es posible, visitar el cenote (la instalación Agua de Luz) ?
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