La visual de... El ídolo insatisfecho

Sí bien la mayoría de los arquitectos encontramos en el pensamiento y la obra de Charles-Edouard Jeanneret (A.K.A) Le Corbusier (1887-1965), un punto de partida, una contención y hasta cierto nivel, empatía en el oficio. ¿Cuánto de lo que reconocemos en la ideología profesional del ídolo nos identificaría con él en el ámbito personal, sin el mito, fuera de nuestra profesión?




Por: Marcos Betanzos @MBetanzos
Una carta firmada por Le Corbusier en 1960, dirigida a los miembros de su taller construye un relato y generando un retrato que deja poco espacio para concesiones al revelar a Charles y descifrar a Le Corbusier. Una carta irónica y crítica, dictatorial y narcisista que se argumenta a través de un comentario tan riguroso como obsesivo.

Joya entre palabras que ilustran los otros puntos no publicitados por Le Corbusier: una nota al taller que es tan amigable como controladora que nos ubica frente a un ídolo insatisfecho, al que le era natural afirmar que, “trabajar no es un castigo. Trabajar es respirar”.






Nota al “Atelier”


Queridos amigos:
No estoy satisfecho últimamente de la lentitud con que marcha el trabajo. Ya se los he dicho verbalmente.


Primero. En un principio, tienen la obligación de trabajar ocho horas diarias. El trabajo debe hacerse en el taller y no fuera y les exijo expresamente no empezar el sistema de “la taza de té” por las tardes. No deben salir del taller. Se los pido terminantemente; de lo contrario se adquirirán malas costumbres.




Segundo. No tengo el tiempo ni el deseo de ver revistas de arquitectura.
Ocasionalmente les hablo de ellas para que les echen una ojeada –tanto a la publicidad como a los temas de estas revistas- para que estén al tanto de las innovaciones y de los materiales nuevos con que constantemente tenemos que habérnosla en nuestro trabajo. Les pido no lleven a cabo conciliábulos en mesa redonda sobre esas cosas.




Tercero. Una vez más, hay fallas en la producción de los diseños. ¿De dónde vienen esas fallas? Me sorprende que a hombres adultos como ustedes no se les ocurra establecer un programa de trabajo que incluya la enumeración de los planos que suponen deberán dibujarse y la indicación de la escala. De esta forma se darían cuenta personalmente y todas las veces de la magnitud del trabajo y podrían presentarme el programa de dicho trabajo redactado por ustedes mismos que dé una luz sobre el camino a seguir tanto a ustedes como a mí.




Cuarto. Estoy aquí para darles ideas directrices respecto a la creación de cosas. Ya son lo bastante grandes como para tomar todas las iniciativas útiles dentro de las ideas que yo les doy o que ustedes ayudan a descubrir. Tienen la suerte de trabajar en un taller desde hoy muy calmado. Quisiera que supieran que estoy colmado de trabajo durante la semana y los domingos, incluso. No me pidan que también sea el contramaestre del taller. El taller quedó reducido a unas cuantas personas. Ustedes son pocos y no queremos estar organizados a la americana (forma de organización que no corresponde a los objetivos que me he propuesto).


Por favor tomen nota de estas indicaciones que he redactado con el fin de que no haya ambigüedades.

Cordialmente.
Le Corbusier.
Paris, 24 de febrero de 1960.



*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe 

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