La Visual de...

No alcanza la vida


“Mil veces he repetido que una sola vida no alcanza para nada, y ciertamente, pese a que hago escultura, escribo y hago otro tipo de cosas, no son suficientes. Hay muchas más que me frustra no poder hacer”, palabras de Fernando González Gortázar.  


Por: Marcos Betanzos @Mbetanzos* 
El Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México alberga una de las más amplias exposiciones en torno al trabajo arquitectónico, urbano y artístico de Fernando González Gortázar. Bajo el nombre de Resumen del Fuego, la exposición curada por Eugenia Macías, configura un recorrido múltiple por la fructífera labor de un personaje icónico, referente y heredero de la más clara tradición de la escuela tapatía de arquitectura que consolidó, desde las aulas, otro gran arquitecto, Ignacio Díaz Morales.

No hay cronología -se advierte-, pero sí un discurso claro que inunda los territorios de la congruencia, exploración y la inquietud incesante de un hombre que con rigor ha sabido equilibrar el aislamiento voluntario del star system con la práctica aséptica de reflexionar en torno a lo que produce, cuando de espacio y de los artefactos que lo alteran se trata.

No todo lo que ahí se muestra se limita a la contemplación. Obras inconclusas, otras soñadas, y una más ya mutiladas se registran para dar cuenta -quizá sin pensarlo- de la ardua misión que recae en González Gortázar, quien no ha vacilado al contradecir de modo constante las tendencias, y mantiene así su resistencia a doblegarse ante la voluntad política del sin sentido y la voracidad con que el paisaje se extingue en su ciudad o en el país, entre otras tantas cosas que le preocupan, lo provocan y le sacan las palabras que aprendió a convertir con elegancia en dardos imposibles de evadir.

“Los trabajos se agrupan en proyectos fundamentales para el autor; monumentos penetrables-transitables; arquitectura pública y privada; prehistoria de una indagación geométrica y experimentos con objetos; derivaciones formales; huecos y anomalías azarosas. Se incluye parte de su reflexión teórica,  en que aporta vías alternas de comprensión para revisar su obra como estética de la mirada, del tocar, moverse y transitar, de su preguntar para asir indagaciones cuestionando una y otra vez formas y estructuras”.

Escultor, pintor, arquitecto, crítico, urbanista… un perfil atípico que debería de celebrarse más y menospreciarse menos. Pocos lo decimos pero muchos lo pensamos: su exposición es en sí, un triunfo más en su carrera, sencillamente porque quien conoce lo que ha hecho y la forma en cómo se ha conducido para hacerlo, sabe lo incomodo que resulta su figura para una gran parte del sistema cultural, político y arquitectónico del país. Él es exactamente lo contrario del arquitecto químicamente puro.

No exento de controversias, la obra del Premio Nacional de Artes 2012 ocupará hasta julio próximo las salas del museo para invitar a conocer su diversificado trabajo concentrado en 170 piezas, mismas que delatan su multidisciplinaria formación académica más que un cúmulo de ansiedad artística sin sustento como comúnmente se le señala en el error. En todo caso, habrá que hacerle justicia a quien se describe sin títulos nobiliarios como un ciudadano comprometido, un militante social. Así de inmenso.

*Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe. 









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