La casa, localizada en Texcoco, Estado de México, se erige como un ejemplo de arquitectura que da prioridad a la
experiencia humana, fusionando funcionalidad y estética para satisfacer las
exigencias de un cliente atrevido. Este proyecto presenta un reto
significativo: su ubicación, con una orientación poniente-oriente y un desnivel
abrupto de 1.2 metros, lo sitúa entre medianeras, lo que exigió soluciones
creativas para destacar en el entorno.
Desde el
inicio, el enfoque fue romper con el anonimato del espacio. Se aprovechó la
disposición de las casas aledañas, cuyo paramento se sitúa a 5 metros detrás
del límite del terreno, para diseñar un gran muro pantalla perpendicular al
frente, que no solo aporta privacidad, sino también una vista despejada. Este
diseño también permite una generosa altura de 3.60 metros en el área común,
creando un ambiente amplio y luminoso.
La organización
del espacio fue clave, orientando todas las habitaciones, áreas comunes y de
servicio hacia el sur, lo que garantiza vistas panorámicas y una abundante
entrada de luz natural. Para maximizar la conexión con el entorno, se incorporó
un roof garden con áreas de servicio, facilitando el uso del espacio y
aprovechando las vistas únicas que ofrece la ubicación.
El resultado final es una casa de autor que logra cautivar a sus habitantes,
fusionando diseño, funcionalidad y un profundo respeto por el entorno. Se
establece como un referente de innovación en la arquitectura contemporánea,
demostrando que es posible crear espacios que realmente hablen a las personas
que los habitan.
Fotografía: Arely Medina
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